Análisis de sangre: ¿con qué frecuencia hacerlo?
Análisis de sangre: ¿con qué frecuencia hacerlo?Análisis de sangre: ¿con qué frecuencia hacerlo?

Un análisis de sangre es la forma principal de averiguar qué está pasando dentro de su cuerpo. No se necesitan diagnósticos complicados para determinar la presencia de inflamación o para detectar la causa de dolencias inquietantes. Gracias al análisis de sangre, es posible diagnosticar enfermedades del sistema circulatorio o diabetes, e iniciar el tratamiento en caso de problemas de tiroides.

Morfología y OB

Se recomienda hacerse un análisis de sangre preventivo una vez al año, aunque por supuesto hay casos en los que debería hacerse con más frecuencia (fuente: medistore). Depende en gran medida de cómo te sientas o de cualquier síntoma perturbador. La forma más sencilla es comenzar con el hemograma completo con el índice de reacción de Biernacki (VSG). Gracias a los resultados de estas pruebas, es posible determinar si las funciones del sistema circulatorio o de órganos como los riñones, el hígado o las glándulas endocrinas funcionan correctamente. Un examen que muestre anomalías y desviaciones de la norma es un requisito previo para comenzar diagnósticos más complicados.

Prueba de hormonas y azúcar en la sangre

Hay un grupo de dolencias cuya aparición debe dar lugar a análisis de sangre. Uno de ellos es la sensación de fatiga constante y debilidad a largo plazo. Sucede que sentirse peor es el resultado de un evento específico o largas horas de trabajo. Sin embargo, si el cansancio no cede al cabo de unos días, deberás acudir al médico que te derivará para un análisis de sangre básico. La prueba de ESR le permitirá determinar si el cuerpo está luchando contra una infección o si el cuerpo no tiene un contenido demasiado bajo de eritrocitos o hemoglobina. Otro argumento para realizar un análisis de sangre es la pérdida de peso, que se produjo a pesar de no seguir una dieta de adelgazamiento y tomar la misma cantidad de alimentos. Esto puede estar asociado con irritabilidad y una sensación de calor. Estos síntomas sugieren que se deben controlar los niveles de hormonas tiroideas como TSH, T3 y T4. El nivel de estas hormonas, que se desvía de la norma, puede indicar un mal funcionamiento de la glándula tiroides. Los síntomas alarmantes también pueden ser una sensación constante de sed, así como una tendencia excesiva a la formación de hematomas. Los síntomas indicados pueden ser el origen de la diabetes, cuya presencia puede demostrarse mediante una prueba del nivel de azúcar en la sangre.

 

Profilaxis después de los 40 años

Después de los cuarenta años, vale la pena incluir un análisis de sangre para el perfil lipídico en la profilaxis. Gracias a esto, puede controlar el nivel general de colesterol, cuya concentración demasiado alta (colesterol LDL) puede provocar aterosclerosis u otras enfermedades cardiovasculares peligrosas. Es importante que dicha prueba indique no solo el nivel de colesterol total, sino también su concentración dividida en fracciones: colesterol HDL bueno y colesterol LDL malo. Un lipidograma se puede realizar sistemáticamente también antes de los cuarenta años, cuando la dieta es alta en calorías y rica en carnes y carnes grasas.

 

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