Resistencia a la fuerza física

Resistencia a la fuerza física

La fuerza de resistencia Es la capacidad del cuerpo para resistir la fatiga. Para ello, lo que se mide es la intensidad de la carga y la duración del esfuerzo del deportista para superar la fatiga en los ciclos de máxima repetición. Juegos como la carrera continua o los circuitos de baja intensidad permiten conocer la resistencia que se puede medir como de corta, media o larga duración. En general, se aplican actividades de baja resistencia para aumentar el tiempo de trabajo.

En resumen, no es más que poder mantener una fuerza a un nivel constante durante el tiempo que dura una actividad o gesto deportivo, por tanto, por lo general, se sostiene sobre bases aeróbicas, aunque a intensidades superiores al 40 o 50% de la fuerza máxima suele haber una transición hacia las anaeróbicas. La fuerza de resistencia está presente en una amplia variedad de disciplinas deportivas.

Según Juan José González-Badillo, Catedrático de Teoría y Práctica del Entrenamiento Deportivo de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, teniendo en cuenta las necesidades de cada deporte existen diferentes formas de entrenamiento en función de los niveles tensionales. requerido en cada modalidad deportiva:

En deportes en los que la fuerza máxima y la fuerza explosiva, ante una gran resistencia, juegan un papel preponderante, proponen hacer 3-4 series de 1RM (máxima repetición)

Para una resistencia de fuerza rápida, proponen hacer 3-5 series de 8-20 repeticiones a la velocidad máxima y con un 30-70% de 1RM, empleando recuperaciones de 60 ″ -90 ″.

Para los deportes de resistencia con bajos niveles de fuerza, sugieren hacer 5 series de 20 o más repeticiones al 30-40% con ritmos de carrera más lentos y pausas más cortas (30 ″ -60 ″).

Tanto la fuerza máxima como la fuerza de resistencia se pueden entrenar simultáneamente y debe ser el entrenador quien mejore el rendimiento y favorezca el mejor uso de cada uno de los entrenamientos.

Beneficios

  • Mejora la capacidad del corazón y la circulación sanguínea.
  • Fortalece el sistema respiratorio.
  • Oxigena los músculos
  • Favorece el crecimiento de la masa muscular
  • fortalece los huesos
  • Ayuda a disminuir la grasa corporal.
  • Promueve la recuperación
  • Aumentar la tasa metabólica.

Recomendaciones

1. Evite las interrupciones del entrenamiento

2. Evaluar el desempeño del atleta en relación con las cargas de trabajo.

3. Presta atención a la repetición

4. Incrementa la intensidad progresivamente

5. Preparación de formación individualizada

6. Observe las necesidades del atleta.

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