Psicología

¿Te ha pasado alguna vez que de repente te encuentras en alguna sensación corporal inusual? Por ejemplo, ¿te duele en alguna parte, tu corazón late más rápido de lo normal? Comienzas a escuchar con ansiedad este sentimiento, y se vuelve más y más fuerte. Esto puede durar mucho tiempo hasta que vas al médico y te dice que no hay ningún problema grave.

En el caso de trastornos como el trastorno de pánico y la hipocondría, los pacientes a veces sufren sensaciones inexplicables durante años, acuden a muchos médicos y se preocupan por su salud.

Cuando prestamos demasiada atención a alguna sensación incomprensible en el cuerpo, se intensifica. Este fenómeno se denomina «amplificación somatosensorial» (amplificación significa «intensificación o encendido»).

¿Por qué está pasando esto?

Este complejo proceso neurobiológico puede describirse mediante una metáfora. Imagina un banco ubicado en varios edificios.

Al comienzo de la jornada laboral, el director llama a uno de los departamentos de otro edificio y le pregunta: "¿Estás bien?"

“Sí”, le contestan.

El director cuelga. Los empleados se sorprenden, pero siguen trabajando. Media hora después, otra llamada del director — «¿Estás bien ahí?».

"¿Si que pasó?" el empleado está preocupado.

«Nada», responde el director.

Cuanto más escuchamos nuestros sentimientos, más claros y aterradores se vuelven.

Los empleados están preocupados, pero hasta el momento no revelan nada. Pero después de la tercera, cuarta, quinta llamada, el pánico se apodera del departamento. Todo el mundo está tratando de averiguar qué está pasando, revisando los papeles, corriendo de un lugar a otro.

El director mira por la ventana, ve la conmoción en el edificio de enfrente y piensa: “¡No, definitivamente les pasa algo!”.

Aproximadamente tal proceso ocurre en nuestro cuerpo. Cuanto más escuchamos nuestros sentimientos, más claros y aterradores se vuelven.

Prueba este experimento. Cierra los ojos y durante dos minutos piensa en tu dedo gordo del pie derecho. Muévelo, presiónalo mentalmente, siente cómo toca la suela del zapato, el dedo vecino.

Concéntrese en todas las sensaciones en su dedo gordo del pie derecho. Y después de dos minutos, compara tus sensaciones con el dedo gordo del pie izquierdo. ¿No hay una diferencia?

La única manera de superar la amplificación somatosensorial (después de asegurarse de que no hay razón para la ansiedad real, por supuesto) es vivir con sensaciones desagradables sin hacer nada al respecto, sin tratar de concentrarse en estos pensamientos, pero sin alejarlos. o.

Y después de un tiempo, tu cerebro-director se calmará y se olvidará de los pulgares.

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