Psicología

Los niños no estudian bien, el marido bebe y el vecino se queja de que tu perro ladra demasiado fuerte. Y está seguro de que todo esto está sucediendo por su culpa: está criando mal a los niños, privando a su esposo de cuidados y dedicando poco tiempo al entrenamiento de perros. Hay personas que se culpan a sí mismas por todos los problemas del mundo. Te contamos cómo deshacerte de este sentimiento y ser más feliz.

Un sentimiento persistente de culpa afecta negativamente el estado emocional. Nos acostumbramos tanto a este sentimiento que a menudo nos culpamos por cosas de las que no somos realmente culpables. La mayor parte del tiempo, tú mismo cultivas la culpa en tu cerebro. Haces esto debido a ideas y expectativas extrañas que tú mismo has ideado.

Deshazte de la culpa y conviértete en tu mejor amigo con un plan de tres semanas compartido por Susan Krauss Whitburn, profesora de neurociencia en la Universidad de Massachusetts (EE. UU.), autora de estudios y libros.

Semana uno: encontrar desencadenantes de culpa

Si aprendes a reconocer el momento en el que empiezas a sentirte culpable, ya tendrás medio resuelto el problema.

1. Fije su atención en el momento en que el sentimiento de culpa apenas está surgiendo.

Trate de entender qué lo causa exactamente (no pudo hacer el trabajo a tiempo, gastó mucho dinero). Registre sus observaciones en un cuaderno o haga una nota en su teléfono inteligente.

2. Observa la frecuencia del sentimiento

¿Te culpas todos los días por gastar demasiado dinero en el almuerzo? ¿No puede dormir todas las noches porque le preocupa gritarle a sus hijos? Anota con qué frecuencia te culpas por las mismas cosas.

3. Al final de la semana, identifique de qué se culpa regularmente.

¿Qué te hace sentir culpable más de una vez en la última semana? ¿Qué es exactamente lo que más te molesta?

Segunda semana: cambio de perspectiva

Si no quiere separarse de la culpa y "elevarse" por encima de ella, intente apartarla al menos un poco, mírela desde un lado e intente explicar.

1. Piensa o di en voz alta lo que te gustaría hacer diferente

Relacionarse con el trabajo de manera diferente o volverse más práctico. No tienes que correr de inmediato y hacer algo que cambiará tu vida drásticamente, pero en el momento en que empiezas a hablar de ello, empiezas a cambiar.

2. Analiza tus emociones

La culpa, la tristeza y la ansiedad son eslabones de una misma cadena. Cuando estás molesto o deprimido, comienzas a criticarte a ti mismo. Trata de preguntarte: “¿Tiene sentido que me sienta culpable en este momento? ¿O solo estoy dejando que mis emociones me dominen?

3. Permítete equivocarte

El perfeccionismo estimula la culpa. Admítete a ti mismo que no eres perfecto, al igual que tu esposa, madre o amiga.

Tercera semana: deshacerse de las pequeñas cosas

Es una tontería convencerse de que ya no se culpará por ninguna tontería. Sin embargo, es útil aprender a comprender cuándo no hacer un elefante de una mosca. Trate de no concentrarse en cosas menores.

1. Cambia tu actitud sobre lo que está pasando

Saliste de la oficina demasiado temprano, a pesar de que no tuviste tiempo para terminar cosas importantes. Recuérdese que salió de la oficina en este momento por una razón, pero debido a una cita médica que hizo hace un mes.

2. Trata tus errores con humor

¿No tuviste tiempo para hornear un pastel y tuviste que comprar un postre ya preparado? Di: «¿Y ahora cómo voy a mirar a la gente a los ojos?»

3. Busca lo bueno en cada situación

¿No ha encontrado el momento de envolver regalos para sus seres queridos para el Año Nuevo? Pero pasamos mucho tiempo eligiendo estos regalos.

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