Psicología

A menudo pensamos que una visita a un psicoterapeuta es una historia demasiado larga que puede prolongarse durante meses o años. En realidad no lo es. La mayoría de nuestros problemas se pueden resolver en unas pocas sesiones.

Muchos de nosotros imaginamos una sesión de psicoterapia como una conversación espontánea sobre sentimientos. No, es un período de tiempo estructurado durante el cual el terapeuta ayuda a los clientes a resolver sus problemas hasta que aprenden a manejarlos por sí mismos. En la mayoría de los casos, la tarea se logra, y no necesariamente toma años.

Los estudios muestran que la mayoría de los problemas no requieren una terapia de varios años a largo plazo. Dice Bruce Wompold, psicólogo consejero de la Universidad de Wisconsin-Madison, "Sí, algunos clientes ven a los terapeutas por condiciones crónicas como la depresión, pero también hay muchas que no son tan difíciles de resolver (como un conflicto en el trabajo)".

La psicoterapia en tales casos se puede comparar con las visitas a un médico: programa una cita, obtiene ciertas herramientas para ayudarlo a sobrellevar sus problemas y luego se va.

“En muchos casos, doce sesiones son suficientes para tener un efecto positivo”, coincide Joe Parks, asesor médico sénior del Consejo Nacional de Ciencias del Comportamiento de EE. UU. Un estudio publicado en el American Journal of Psychiatry da una cifra aún más baja: en promedio, 8 sesiones fueron suficientes para los clientes psicoterapeutas.1.

El tipo más común de psicoterapia a corto plazo es la terapia cognitiva conductual (TCC).

Basado en la corrección de patrones de pensamiento, ha demostrado su eficacia para una amplia gama de problemas psicológicos, desde la ansiedad y la depresión hasta la adicción a sustancias químicas y el trastorno de estrés postraumático. Los psicoterapeutas también pueden combinar la TCC con otros métodos para lograr resultados.

“Lleva mucho más tiempo llegar a la raíz del problema”, añade Christy Beck, psicoterapeuta del State College de Pensilvania. En su trabajo, utiliza tanto la TCC como los métodos psicoanalíticos para abordar problemas más profundos que surgen de la infancia. Para solucionar un problema puramente situacional bastan unas pocas sesiones”, dice.

Los más complejos, como los trastornos alimentarios, requieren años para trabajar.

En cualquier caso, según Bruce Wompold, los psicoterapeutas más efectivos son aquellos que tienen buenas habilidades interpersonales, incluidas cualidades como la capacidad de empatizar, la capacidad de escuchar, la capacidad de explicar el plan de terapia al cliente. La fase inicial de la terapia puede ser difícil para el cliente.

“Tenemos que discutir algunas cosas desagradables y difíciles”, explica Bruce Wompold. Sin embargo, después de algunas sesiones, el cliente comenzará a sentirse mejor. Pero si no llega el alivio, es necesario discutir esto con el terapeuta.

“Los terapeutas también pueden cometer errores”, dice Joe Park. “Por eso es tan importante definir un objetivo en conjunto y luego verificarlo, por ejemplo: mejorar el sueño, ganar motivación para realizar con energía las tareas diarias, mejorar las relaciones con los seres queridos. Si una estrategia no funciona, otra podría hacerlo.

¿Cuándo terminar la terapia? Según Christy Beck, por lo general es fácil para ambas partes llegar a un consenso sobre este tema. “En mi práctica, por lo general es una decisión mutua”, dice ella. “No evito que el cliente permanezca en terapia más tiempo del requerido, pero necesita madurar para esto”.

Sin embargo, a veces los clientes quieren continuar con la terapia incluso después de haber resuelto el problema local con el que vinieron. “Sucede si una persona siente que la psicoterapia le ayuda a entenderse a sí mismo, contribuye a su crecimiento interior”, explica Christy Beck. “Pero siempre es una decisión personal del cliente”.


1 El Diario Americano de Psiquiatría, 2010, vol. 167, № 12.

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