La vida sin el sol

Verano... Sol... Calor... Muy a menudo la gente espera con ansias el verano, y luego comienzan a "morir" por el calor y se sientan en casas con aire acondicionado en lugar de salir. Sin embargo, no deberías hacer eso. Y no solo porque el verano es fugaz, y los días soleados serán reemplazados por lluvias y aguanieve, sino porque la falta de sol puede traer muy malas consecuencias. Echemos un vistazo a algunos de ellos.

. Todos sabemos que un exceso de sol puede provocar cáncer, pero la falta de sol también puede provocar cáncer. La deficiencia de vitamina D causa cáncer de mama, así como enfermedades como la esclerosis múltiple, la demencia, la esquizofrenia y la prostatitis.

Los investigadores descubrieron recientemente que la falta de luz solar puede ser tan mala para el corazón como comer hamburguesas con queso en exceso. Así, por ejemplo, puede duplicar la probabilidad de detectar enfermedades del corazón en los hombres.

Entre otras cosas, el Sol nos proporciona óxido nítrico. Es necesario para regular procesos fisiológicos importantes en el cuerpo, incluido el metabolismo. El contenido normal de óxido nítrico en el cuerpo asegurará un metabolismo normal y reducirá la tendencia a la obesidad.

¿Quieres que tu hijo vea las señales de tráfico mientras conduces? Se ha comprobado que los niños que pasan más tiempo al aire libre tienen menor riesgo de miopía que los que prefieren quedarse en casa. Así que diga “no” a los juegos de computadora y “sí” a caminar y jugar afuera.

Hoy en día, las personas a menudo no pasan las noches durmiendo, viajando a través de sus sueños, sino en Facebook y VKontakte, navegando por las noticias y chateando con amigos. Pero tan pronto como se pone el Sol, la única fuente de luz para nosotros es la iluminación artificial. A veces, ni siquiera son lámparas, sino las pantallas de monitor de nuestras computadoras y teléfonos. Demasiada luz que sus ojos reciben de estas fuentes puede alterar su ritmo biológico y provocar diversos trastornos corporales e insomnio.

Las horas extras al teléfono o al ordenador nos cuestan un precio muy alto si las preferimos para dormir, y durante el día dormimos evitando el sol. Dormir bien es esencial para que el sistema inmunológico se recupere y se refleja en qué tan bien el cuerpo puede combatir las enfermedades en el futuro.

Cuanto menos sol veamos durante los meses de invierno, más probable es que desarrollemos un trastorno afectivo estacional. Puede ir acompañado no solo de un estado de ánimo triste y un deseo de no hacer nada, sino que puede tomar formas más graves: cambios de humor constantes, aumento de la ansiedad, problemas para dormir e incluso pensamientos suicidas. Las mujeres de 18 a 30 años, así como las personas mayores de 60 años, corren un riesgo especial.

El hombre es parte de toda la vida en el planeta Tierra y, como todos los organismos vivos en él, depende del Sol. Por lo tanto, no te escondas para siempre del Sol, sino piensa en lo dura que sería la vida sin nuestra estrella llamada Sol.   

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