Mediastinoscopia: todo sobre el examen del mediastino

Mediastinoscopia: todo sobre el examen del mediastino

La mediastinoscopia es una técnica que permite examinar visualmente el interior del mediastino, la región del tórax ubicada entre los dos pulmones, a partir de una pequeña incisión en el cuello, sin tener que abrir la caja torácica. También permite tomar biopsias.

¿Qué es la mediastinoscopia?

La mediastinoscopia es una endoscopia del mediastino. Permite el examen visual directo de los órganos ubicados entre los dos pulmones, en particular el corazón, los dos bronquios principales, el timo, la tráquea y el esófago, los grandes vasos sanguíneos (la aorta ascendente, las arterias pulmonares, la vena vena cava superior). , etc.) y varios ganglios linfáticos. 

La mayor parte de la mediastinoscopia involucra los ganglios linfáticos. De hecho, las radiografías, las exploraciones y las resonancias magnéticas pueden mostrar que han ganado volumen, pero no nos permiten saber si esto adenomegalia se debe a una patología inflamatoria o un tumor. Para decidir, hay que ir a ver, y posiblemente tomar uno o más ganglios linfáticos para analizarlos en el laboratorio. De manera más general, la mediastinoscopia se utiliza para inspeccionar las masas sospechosas que una prueba de imagen ha identificado en el mediastino y, si es necesario, para realizar una biopsia.

En lugar de abrir la caja torácica para este control visual, la mediastinoscopia utiliza una sonda llamada mediastinoscopio. Este tubo hueco, provisto de fibras ópticas y por el que se pueden pasar pequeños instrumentos quirúrgicos, se introduce en el tórax a través de una incisión de pocos centímetros realizada en la base del cuello.

¿Por qué hacer una mediastinoscopia?

Este procedimiento quirúrgico es puramente diagnóstico. Se recomienda después de las técnicas de imagen médica convencionales (radiografías, tomografía computarizada, resonancia magnética) cuando estas revelen masas sospechosas en el mediastino. Eso permite: 

dictaminar sobre la naturaleza de las lesiones. Los ganglios linfáticos del mediastino pueden, por ejemplo, hincharse en respuesta a una infección como tuberculosis o sarcoidosis, pero también pueden verse afectados por linfoma (cáncer del sistema linfático) o por metástasis de otros cánceres (de pulmón, mama o esófago). en particular);

tomar muestras de tejidos o ganglios linfáticos, en caso de duda sobre la malignidad de un tumor o para aclarar el diagnóstico. Estas biopsias, analizadas en laboratorio, permiten establecer el tipo de tumor, su etapa evolutiva y su extensión;

para seguir la evolución de ciertos cánceres de pulmón, localizados en la parte externa de este órgano, por tanto visibles desde el mediastino.

Cada vez más, la mediastinoscopia está siendo reemplazada por nuevas técnicas de diagnóstico menos invasivas: la Escaneo de mascotas, que permite, al combinar la inyección de un producto radiactivo con un escáner, diagnosticar determinados cánceres o buscar metástasis; y / o biopsia transbronquial guiada por ultrasonido, que consiste en pasar una pequeña aguja a través de la boca y luego los bronquios para perforar un ganglio linfático ubicado en el otro lado de una pared bronquial. Esta última técnica, que no requiere ninguna incisión, ahora está permitida por el desarrollo de lasbroncoscopia por ultrasonido (uso de un endoscopio muy flexible, provisto de una pequeña sonda de ultrasonido en su extremo). Pero la sustitución de la mediastinoscopia por estas dos técnicas no siempre es posible. Depende en particular de la ubicación de la lesión. 

Asimismo, la mediastinoscopia no es aplicable en todas las situaciones. Si las lesiones de la biopsia también son inaccesibles de esta manera (por estar ubicadas en un lóbulo pulmonar superior, por ejemplo), el cirujano debe optar por otro procedimiento quirúrgico: la mediastinotomía, es decir la apertura quirúrgica del mediastino, o toracoscopia, endoscopia del tórax esta vez pasando por pequeñas incisiones entre las costillas.

¿Cómo se realiza este examen?

Aunque es una prueba diagnóstica, la mediastinoscopia es un acto quirúrgico. Por tanto, la realiza un cirujano, en el quirófano, y requiere una hospitalización de tres o cuatro días.

Después de la anestesia general, se hace una pequeña incisión en la base del cuello, en la muesca sobre el esternón. El mediastinoscopio, un tubo largo rígido provisto de un sistema de iluminación, se introduce a través de esta incisión y desciende al mediastino, siguiendo la tráquea. Luego, el cirujano puede examinar los órganos allí. Si es necesario, introduce otros instrumentos a través del endoscopio para realizar una biopsia, para análisis de laboratorio. Una vez que se retira el instrumento, la incisión se cierra con sutura absorbible o pegamento biológico.

Este examen dura aproximadamente una hora. El alta del hospital está programada para los dos días siguientes, una vez que los cirujanos estén convencidos de que no hay complicaciones.

¿Qué resulta después de esta operación?

La información visual e histológica que aporta la mediastinoscopia permite orientar la estrategia terapéutica. Depende de la patología diagnosticada. 

En caso de cáncer, las opciones de tratamiento son múltiples y dependen del tipo de tumor, su estadio y su extensión: cirugía (extirpación del tumor, extirpación de parte del pulmón, etc.), quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia o una combinación de varias de estas opciones.

En caso de metástasis, el tratamiento forma parte del plan de tratamiento del tumor primario.

Si se trata de inflamación o infección, se investigará y tratará la causa exacta.

¿Cuáles son los efectos secundarios?

Las complicaciones de este examen son raras. Como con cualquier operación, existe un bajo riesgo de reacción a la anestesia, sangrado y hematomas, infección o problemas de cicatrización. También existe un riesgo poco común de daño al esófago o neumotórax (lesión de los pulmones que hace que el aire se filtre hacia la cavidad pleural).

El nervio laríngeo también puede estar irritado, provocando una parálisis temporal de las cuerdas vocales, lo que resulta en un cambio en la voz o ronquera, que puede durar algunas semanas.

El dolor también se siente en los primeros días después de la operación. Pero los analgésicos recetados funcionan. Las actividades normales se pueden reanudar muy rápidamente. En cuanto a la pequeña cicatriz, se desvanece mucho en dos o tres meses.

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