Recién nacido: ¿cómo gestionar la llegada a la familia?

Recién nacido: ¿cómo gestionar la llegada a la familia?

Recién nacido: ¿cómo gestionar la llegada a la familia?

Dar la bienvenida a un recién nacido a una familia con niños

Celos del anciano: un paso casi imprescindible

La llegada de un segundo hijo vuelve a cambiar el orden familiar, porque el primer hijo, entonces único, se ve a sí mismo convirtiéndose en un hermano mayor o una hermana mayor. Cuando llega, la madre no solo le presta menos atención al niño mayor, sino que al mismo tiempo tiende a ser más restrictiva y estricta con él.1. Incluso si no es sistemático2, el hecho de que la atención de los padres ya no se centre exclusivamente en el primer hijo sino en el recién nacido puede provocar frustración e ira en el mayor hasta el punto de pensar que ya no es amado por sus padres. Luego, puede adoptar actitudes agresivas hacia el bebé o comportamientos inmaduros para llamar la atención. En general, el niño muestra menos afecto hacia su madre y puede volverse desobediente. Incluso puede tener comportamientos regresivos, como no estar limpio o volver a pedir el biberón, pero esto es especialmente cierto en los casos en que el niño ha adquirido estos comportamientos poco antes de la llegada del bebé (unas semanas a algunos meses). Todo esto es la manifestación de los celos del niño. Este es un comportamiento normal, observado con mucha frecuencia, especialmente en niños pequeños menores de 5 años.3.

¿Cómo prevenir y calmar los celos del anciano?

Para evitar las reacciones de celos del primer hijo, es fundamental anunciarle el futuro nacimiento, intentando ser lo más positivo y tranquilizador posible ante este cambio. Se trata de valorar sus nuevas responsabilidades y las actividades que pueden compartir cuando el bebé crezca. Es importante ser comprensivo con sus reacciones de celos, lo que significa no enojarse, para que no se sienta aún más castigado. Sin embargo, se requiere firmeza tan pronto como muestre demasiada agresión hacia el bebé, o persista en sus conductas regresivas. El niño debe sentirse tranquilizado, es decir, que se le explique que, a pesar de todo, sigue siendo amado, y demostrarle concertando momentos de exclusiva complicidad con él. Por último, hay que tener paciencia: son necesarios de 6 a 8 meses para que el niño acepte finalmente la llegada del bebé.

Fuentes

B.Volling, Transiciones familiares después del nacimiento de un hermano: una revisión empírica de los cambios en la adaptación del primogénito, relaciones madre-hijo, Psychol Bull, 2013 Ibid., Comentarios finales y direcciones futuras, Psychol Bull, 2013 Ibid., Psychol Bull , 2013

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