Sudores nocturnos: todo lo que necesita saber sobre la sudoración nocturna

Sudores nocturnos: todo lo que necesita saber sobre la sudoración nocturna

Los sudores nocturnos se caracterizan por sudoración excesiva durante la noche. Este síntoma común puede tener muchas causas diferentes, algunas de las cuales son leves y otras requieren consejo médico.

Descripción de los sudores nocturnos

Sudores nocturnos: ¿que es?

Hablamos de sudores nocturnos durante la sudoración repentina y excesiva durante la noche. Este síntoma común puede aparecer de forma ad hoc o repetirse durante varias noches seguidas. A menudo se asocia con alteraciones del sueño.

En general, los sudores nocturnos son consecuencia de la estimulación del sistema nervioso simpático, es decir de uno de los sistemas nerviosos autónomos del cuerpo. Es la excitación de este sistema nervioso la que está en el origen de la sudoración. Sin embargo, hay muchas causas diferentes de sudoración nocturna excesiva. Se debe identificar el origen exacto para evitar inconvenientes o complicaciones.

Sudores nocturnos: ¿a quién afecta?

La aparición de sudores nocturnos es común. Este síntoma afecta tanto a hombres como a mujeres. Afectaría en promedio al 35% de las personas de entre 20 y 65 años.

¿Cuáles son las causas de los sudores nocturnos?

La aparición de sudores nocturnos puede tener muchas explicaciones. Pueden ser causadas por:

  • a Apnea del Sueño, también llamado síndrome de apnea del sueño, que se manifiesta por interrupciones involuntarias de la respiración durante el sueño;
  • le síndrome de movimiento periódico nocturno, o síndrome de piernas inquietas, que se caracteriza por movimientos repetidos de las piernas durante el sueño;
  • un reflujo gastroesofágico, que corresponde a lo que se denomina más comúnmente pirosis;
  • infecciones agudas o crónicas, como tuberculosis, endocarditis infecciosa u osteomielitis;
  • un trastorno hormonal, que puede ocurrir durante un cambio en el ciclo hormonal en la mujer, especialmente durante el embarazo o la menopausia, o en caso de hipertiroidismo con producción anormalmente alta de hormonas por la glándula tiroides;
  • el estrés, que puede manifestarse por un despertar repentino acompañado de sudoración excesiva, en particular durante el síndrome de estrés postraumático, un ataque de pánico o incluso ciertas pesadillas;
  • tomando ciertos medicamentos, cuyos efectos secundarios pueden ser sudores nocturnos;
  • ciertos cánceres, especialmente en casos de linfoma de Hodgkin o no Hodgkin.

Debido a las múltiples causas posibles, a veces es difícil diagnosticar el origen exacto de los sudores nocturnos. Pueden ser necesarias varias pruebas para confirmar el diagnóstico. En algunos casos, se dice que el origen de los sudores nocturnos es idiopático, lo que significa que no se pudo establecer claramente ninguna causa.

¿Cuáles son las consecuencias de los sudores nocturnos?

La sudoración excesiva durante la noche a menudo tiende a hacer que se despierte repentinamente. Esto se traduce en una alteración de la calidad del sueño, que puede inducir un estado de fatiga, con aparición de somnolencia diurna, alteraciones de la concentración o trastornos del estado de ánimo.

Si bien los sudores nocturnos a menudo aparecen de forma ad hoc, a veces pueden persistir y repetirse durante varias noches seguidas. A continuación, se recomienda una opinión médica para identificar el origen de la sudoración excesiva.

¿Cuáles son las soluciones contra los sudores nocturnos?

En caso de sudores nocturnos repetidos, se recomienda contactar a un profesional de la salud. Una cita con un médico de cabecera permite hacer un primer diagnóstico. Esto luego se puede confirmar mediante varios análisis de sangre.

Si el origen de los sudores nocturnos es complejo, puede ser necesaria una cita con un especialista. Luego, se pueden solicitar otros exámenes para profundizar el diagnóstico. Por ejemplo, se puede configurar un registro completo del sueño para identificar la apnea del sueño.

Dependiendo del diagnóstico, se implementa el tratamiento adecuado. Esto puede incluir en particular:

  • tratamiento homeopático ;
  • ejercicios de relajación ;
  • consultas con un psicólogo ;
  • tratamiento hormonal ;
  • medidas preventivas, por ejemplo con un cambio en la dieta.

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