Autoridad parental

Custodia: residencia del niño con los padres.

En primer lugar, el niño tiene la obligación de vivir con sus padres. Estos últimos tienen un derecho y el llamado deber de "custodia". Arreglan la residencia de su hijo en casa. En caso de divorcio, el (los) progenitor (es) siguen garantizando el ejercicio de la patria potestad según la decisión del juez del tribunal de familia. En cuanto a la residencia del niño, es una decisión judicial a solicitud de los padres. O la madre obtiene la custodia exclusiva, el niño vive en casa y ve al padre cada dos fines de semana. O el juez recomienda la residencia alterna y el niño vive cada dos semanas con cada uno de los padres. Son posibles otras formas de organizar la vida: de 2 a 3 días para uno, el resto de la semana para otro (con mayor frecuencia para los niños más pequeños).

La ley también establece que "el niño no puede, sin el permiso de su padre y su madre, salir del hogar familiar y solo puede ser expulsado en casos de necesidad determinados por la ley". (artículo 371-3 del Código Civil).

Si la custodia es un derecho, también es un deber. Los padres son responsables de albergar y proteger a sus hijos. Los padres en situación de incumplimiento corren el riesgo de que se les retire la patria potestad. En casos muy graves, un tribunal penal puede condenar a los padres por “el delito de negligencia de un menor”, ​​delito punible con cinco años de prisión y una multa de 75 euros.

Los derechos de los padres: escolarización y educación

Los padres deben educar a su hijo, brindarle educación moral, cívica, religiosa y sexual. La ley francesa establece un principio en términos de educación escolar: la escuela es obligatoria de 6 a 16 años. Los padres deben inscribir a sus hijos en la escuela a más tardar a los 6 años. Sin embargo, mantienen la posibilidad de educarlo en casa. Sin embargo, el incumplimiento de esta norma los expone a sanciones, en particular medidas educativas dictadas por el juez de menores. Este último interviene cuando el niño está en peligro o cuando las condiciones de su educación o su desarrollo se encuentran seriamente comprometidas. Puede ordenar la colocación del niño, por ejemplo, o la asistencia de los padres por un servicio especializado que brinde ayuda y asesoramiento para superar las dificultades.

Deber de supervisión de los padres

Proteger la salud, la seguridad y la moral de un niño. implica un llamado deber de supervisión. Los padres deben vigilar a sus hijos controlando su paradero, todas sus relaciones (familiares, amigos y conocidos), su correspondencia y todas sus comunicaciones (correos electrónicos, teléfono). Los padres pueden prohibir que su hijo menor de edad tenga relaciones con determinadas personas si sienten que van en contra de sus mejores intereses.

Los derechos de los padres deben evolucionar con las diferentes etapas de la vida. El niño puede reclamar cierta autonomía a medida que crece, como en la adolescencia, puede verse envuelto en decisiones que le afecten si es suficientemente maduro.

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