Vino tinto: beneficios y engaños
 

La recomendación de beber un poco de vino tinto todos los días para el almuerzo o la cena no es nada nuevo. Aumentará el apetito y el estado de ánimo y, según algunos expertos, beneficiará al organismo. ¿Se exageran los beneficios del vino tinto o realmente vale la pena renunciar a su uso frecuente?

Los beneficios del vino tinto

Beber vino tinto reduce el riesgo de accidente cerebrovascular. Según los científicos, hasta en un 50 por ciento.

El vino tinto puede normalizar la presión arterial y es la prevención del ataque cardíaco. El vino contiene taninos, que tienen un efecto beneficioso sobre el trabajo del músculo cardíaco.

 

Además, el vino tinto puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Pero solo con un uso moderado de esta bebida.

Aquellos que ocasionalmente se deleitan con una copa de vino tinto tienen menos probabilidades de desarrollar cataratas en la retina. Las posibilidades de no experimentar la enfermedad en usted mismo aumentan en un 32 por ciento.

Beber vino normaliza el equilibrio de las bacterias en los intestinos, aumenta las posibilidades de una digestión normal y la eliminación oportuna de toxinas y toxinas del cuerpo. Los antioxidantes del vino tinto previenen el riesgo de cáncer de colon. La bebida de uva alivia la hinchazón y ayuda a la digestión de proteínas y grasas.

Aquellos que beben regularmente en dosis moderadas de vino tinto mejoran la función cerebral, aumentan la velocidad del procesamiento de la información y la concentración.

El vino tinto contiene suficientes polifenoles para fortalecer las encías y protegerlas de la inflamación. Por desgracia, el vino tinto con una alta concentración de taninos y tintes no puede mejorar el color de los dientes.

El vino contiene antioxidantes, incluido el resveratrol: protege las células de la piel de las influencias externas y ralentiza el proceso de envejecimiento.

La norma para beber vino tinto es 1 copa por día para una mujer y un máximo de 2 copas para un hombre.

El daño del vino tinto

El vino, como cualquier bebida alcohólica, contiene etanol, que puede provocar adicción, supresión del trabajo de los órganos internos, como resultado del alcoholismo: dependencia psicológica y física. Esto sucede cuando el vino tinto se usa en exceso.

El alcoholismo se acompaña de trastornos de salud y enfermedades como cáncer de boca, esófago, garganta, hígado, páncreas, hipertensión, enfermedades cardiovasculares.

Los ataques de migraña pueden volverse más frecuentes o aparecer en quienes no han padecido previamente síntomas similares. Esto se debe al contenido de taninos en el vino tinto.

Las reacciones alérgicas a las uvas, el moho, que se encuentra en el sedimento del vino, no son infrecuentes.

El abuso del vino tinto está contraindicado para personas que quieran ajustar su peso, ya que es alto en calorías.

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