Alimentación selectiva de niños

No tengas miedo del equilibrio nutricional de tu hijo entre 3 y 6 años

Comer repetidamente no significa necesariamente desequilibrio. El jamón, la pasta y la salsa de tomate proporcionan los elementos esenciales: proteínas, azúcares lentos y vitaminas. Si, en el menú, le agregas calcio (lácteos no demasiado dulces, gruyere…) y más vitaminas (fruta fresca, seca, en compota o jugo), tu hijo tendrá todo lo que necesita para crecer bien.

No te sientas culpable

El amor que su hijo siente por usted no tiene nada que ver con su rechazo a la comida. Y el hecho de que esté enfurruñado por un puré de calabacín hervido con amor no significa que seas una mala madre o que no tengas suficiente autoridad.

Controle el crecimiento de su hijo

Mientras su hijo esté creciendo y aumentando de peso normalmente, no se alarme. ¿Quizás solo tiene un poco de apetito? Mantenga sus tablas de crecimiento y peso actualizadas en su historial médico y pida consejo a su médico, durante un chequeo o una enfermedad menor, si lo considera necesario. Sin embargo, asegúrese de que su falta de apetito no se deba a comer bocadillos o comer pasteles y dulces entre comidas.

Un pequeño bocado al gusto

No podrás obligarlo a que le guste la coliflor o el pescado, si el olor y la apariencia le repugnan. No insista, pero anímelo a probar. A veces se necesitan diez, veinte intentos para que un niño disfrute de una comida nueva. Ver a otros festejar lo tranquilizará gradualmente y despertará su curiosidad.

Variar las presentaciones

Ofrézcale un alimento que rechace en diferentes formas: por ejemplo, pescado y queso gratinados o soufflés, verduras en sopa, en puré, con pasta o rellenas. Haz palitos de verduras o mini brochetas de frutas. A los niños les encantan las cosas pequeñas y los colores.

Involucre a su hijo en la preparación de la comida.

Llévelo al mercado, pídale ayuda para preparar un plato o déjelo decorar un plato. Cuanto más familiar sea un alimento, más estará dispuesto a probarlo.

No compense la falta de apetito de su hijo con postres

Es obvio que es tentador, pero trate de no caer en esta marcha lo más posible. Su hijo comprenderá rápidamente que basta con apartar su plato de judías verdes para tener derecho a dos flan. Dile claramente: "No tendrás más postre si no comes". Y nunca es demasiado tarde para hacer esta regla.

No castigue a su hijo si no quiere comer

Comer no es una cualidad y no se relaciona con las nociones de lo bueno o lo malo. Come para sí mismo, para ser fuerte, para crecer bien y no para obedecerle ni para agradarle. De ti depende hacer que respete ciertas reglas que tienes, que se relacionan con el respeto a los demás (comer con el tenedor, no ponerlo por todas partes, quedarse sentado, etc.) Si no las respeta, es él quien castiga. él mismo excluyéndose de la comida.

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