Hinchazón: definición y tratamiento de la hinchazón de huesos y articulaciones.

Hinchazón: definición y tratamiento de la hinchazón de huesos y articulaciones.

En la jerga médica, una hinchazón se refiere a la hinchazón de un tejido, órgano o parte del cuerpo. Esto puede estar relacionado con inflamación, edema, un hematoma postraumático, un absceso o incluso un tumor. Es un motivo frecuente de consulta con el médico. Los síntomas varían según la naturaleza y la ubicación de la hinchazón. La hinchazón es un signo clínico, no un síntoma. El diagnóstico se evocará según el contexto y se apoyará con exámenes adicionales (radiografías, ecografías, resonancia magnética, escáner). El tratamiento también dependerá del tipo de hinchazón y especialmente de su causa.

Hinchazón, ¿qué es?

Si el término "hinchazón ósea" se utiliza poco, estrictamente hablando, en el mundo médico, algunos tumores que deforman la superficie del hueso pueden ir acompañados de una hinchazón identificable a la palpación. El tumor óseo es el desarrollo de tejido patológico dentro del hueso. La mayoría de los tumores óseos son de hecho benignos (no cancerosos) en comparación con los tumores malignos (cancerosos). La segunda gran distinción es separar los tumores "primarios", la mayoría de las veces benignos, de los secundarios (metastásicos) siempre malignos.

Tumores óseos no cancerosos

Un tumor óseo benigno (no canceroso) es un bulto que no se disemina a otras partes del cuerpo (no hace metástasis). El tumor benigno generalmente no pone en peligro la vida. La mayoría de los tumores óseos no cancerosos se extirpan mediante cirugía o legrado y, por lo general, no vuelven (recurren).

Los tumores primarios comienzan en el hueso y pueden ser benignos o, con mucha menos frecuencia, malignos. Ninguna causa o factor predisponente explica por qué o cómo aparecen. Cuando existen, los síntomas suelen ser dolores localizados en el hueso de soporte, profundos y permanentes que, a diferencia de la osteoartritis, no remiten en reposo. Más excepcionalmente, el tumor que debilita el tejido óseo se revela por una fractura "sorprendente" porque se produce después de un traumatismo mínimo.

Existen muchas formas diferentes de tumor benigno relacionadas con los diferentes tipos de células que lo componen: fibroma no osificante, osteoma osteoide, tumor de células gigantes, osteocondroma, condroma. Afectan principalmente a adolescentes y adultos jóvenes, pero también a niños. Su benignidad se caracteriza por su lentitud de evolución y la ausencia de difusión a distancia. Sus ubicaciones más comunes son cerca de la rodilla, la pelvis y el área de los hombros.

Como regla general, con la excepción de algunos tumores (fibroma no osificante), se sugiere extirpar el tumor para eliminar la incomodidad o el dolor, para reducir el riesgo de fractura o, más raramente, para evitar que se transforme. en tumor maligno. La operación consiste en realizar una escisión (ablación) de la parte afectada del hueso, en compensar la zona extirpada y posiblemente fortalecer el hueso con material quirúrgico metálico u osteosíntesis. El volumen del tumor extirpado se puede rellenar con hueso del paciente (autoinjerto) o con hueso de otro paciente (aloinjerto).

Algunos tumores benignos no presentan signos ni dolor. A veces es un descubrimiento radiológico fortuito. A veces es el dolor en el hueso afectado lo que requiere un examen radiológico completo (radiografía, tomografía computarizada, incluso resonancia magnética). En la mayoría de los casos, la imagen médica permite identificar de forma precisa y definitiva el tipo de tumor, debido a su aspecto radiográfico muy específico. En algunos casos en los que no se puede realizar el diagnóstico definitivo, solo una biopsia ósea confirmará el diagnóstico y descartará cualquier sospecha de tumor maligno. La muestra de hueso será examinada por un patólogo.

Nótese el caso particular del osteoma osteoide, un pequeño tumor de pocos milímetros de diámetro, a menudo doloroso, para el que la operación no la realiza un cirujano sino un radiólogo. El tumor se destruye térmicamente mediante dos electrodos introducidos en él, bajo el control del escáner.

Tumores óseos cancerosos

Los tumores óseos malignos primarios son raros y afectan especialmente a adolescentes y adultos jóvenes. Los dos tipos principales de tumores óseos malignos en este grupo de edad (90% de las neoplasias malignas de los huesos) son:

  • osteosarcoma, el más común de los cánceres de huesos, de 100 a 150 casos nuevos por año, predominantemente en hombres;
  • Sarcoma de Ewing, un tumor raro que afecta a 3 de cada millón de personas al año en Francia.

El dolor sigue siendo el principal distintivo de llamada. Es la repetición y la persistencia de estos dolores, que impiden el sueño o inusuales, luego la aparición de una hinchazón lo que lleva a solicitar exámenes (rayos X, escáner, resonancia magnética) lo que hará sospechar el diagnóstico. Estos tumores son raros y deben tratarse en centros expertos.

La cirugía es la piedra angular del tratamiento curativo de los sarcomas, cuando es posible y la enfermedad no es metastásica. Puede combinarse con radioterapia y quimioterapia. La elección terapéutica se realiza de forma concertada entre especialistas de diferentes disciplinas (cirugía, radioterapia, oncología, imagenología, anatomopatología) y siempre se tiene en cuenta la singularidad de cada paciente.

Los principales tumores que pueden causar metástasis óseas (tumores secundarios) son los cánceres de mama, riñón, próstata, tiroides y pulmón. El tratamiento de estas metástasis tiene como objetivo mejorar la vida del paciente, aliviando el dolor y reduciendo el riesgo de fractura. Es decidido y monitorizado por un equipo multidisciplinar (oncólogo, cirujano, radioterapeuta, etc.).

1 Comentario

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