Síntomas y personas en riesgo de sufrir un ataque epiléptico.

Síntomas y personas en riesgo de sufrir un ataque epiléptico.

Reconocer la convulsión epiléptica

Debido a que la epilepsia es causada por una actividad eléctrica anormal en las neuronas, las convulsiones pueden afectar cualquier función coordinada por el cerebro. Los signos y síntomas de las convulsiones pueden incluir:

  • Períodos de pérdida del conocimiento o alteración del conocimiento. A veces los ojos permanecen abiertos, con la mirada fija: la persona ya no reacciona.
  • Caída repentina de la persona sin motivo aparente.
  • En algunos casos convulsiones: contracciones musculares prolongadas e involuntarias de brazos y piernas.
  • A veces, percepciones transformadas (gusto, olfato, etc.).
  • Respiración fuerte.
  • La persona se asusta sin motivo aparente; incluso puede entrar en pánico o enojarse.
  • A veces, un aura precede a la convulsión. El aura es una sensación que varía de una persona a otra (una alucinación olfativa, un efecto visual, una sensación de déjà vu, etc.). Puede manifestarse por irritabilidad o inquietud. En algunos casos, el paciente puede reconocer estas típicas sensaciones de aura y si tiene tiempo, recostarse para evitar una caída.

En la mayoría de los casos, una persona con epilepsia tiende a tener el mismo tipo de convulsión cada vez, por lo que los síntomas serán similares de un episodio a otro.

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Es necesario buscar asistencia médica de inmediato si ocurre cualquiera de las siguientes situaciones:

  • La convulsión dura más de cinco minutos.
  • La respiración o el estado de conciencia no regresa después de que termina la convulsión.
  • Inmediatamente sigue una segunda convulsión.
  • El paciente tiene fiebre alta.
  • Se siente agotado.
  • La persona está embarazada.
  • La persona tiene diabetes.
  • La persona resultó herida durante la convulsión.
  • Esta es la primera convulsión epiléptica.

Personas en riesgo

  • Personas con antecedentes familiares de epilepsia. La herencia podría influir en varias formas de epilepsia.
  • Las personas que han sufrido un traumatismo en el cerebro como resultado de un golpe severo, accidente cerebrovascular, meningitis, etc. tienen un riesgo ligeramente mayor.
  • La epilepsia es más común en la infancia y después de los 60 años.
  • Personas con demencia (por ejemplo, enfermedad de Alzheimer). La demencia puede aumentar el riesgo de epilepsia en las personas mayores.
  • Personas con infección cerebral. Infecciones como la meningitis, que causa inflamación del cerebro o la médula espinal, pueden aumentar el riesgo de epilepsia.

Diagnóstico

El médico revisará los síntomas y el historial médico del paciente y realizará varias pruebas para diagnosticar la epilepsia y determinar la causa de las convulsiones.

Examinación neurológica. El médico evaluará el comportamiento del paciente, las habilidades motoras, la función mental y otros factores que determinarán el tipo de epilepsia.

Análisis de sangre. Se puede tomar una muestra de sangre para buscar signos de infecciones, mutaciones genéticas u otras afecciones que puedan estar asociadas con convulsiones.

El médico también puede sugerir pruebas para detectar anomalías en el cerebro, como:

 

  • El electroencefalograma. Es la prueba más común que se usa para diagnosticar la epilepsia. En esta prueba, los médicos colocan electrodos en el cuero cabelludo del paciente que registran la actividad eléctrica del cerebro.
  • Un escáner.
  • Una tomografía. Una tomografía usa rayos X para obtener imágenes del cerebro. Puede revelar anomalías que causarían convulsiones, como tumores, hemorragias y quistes.
  • Imágenes por resonancia magnética (IRM). Una resonancia magnética también puede detectar lesiones o anomalías en el cerebro que podrían causar convulsiones.
  • Tomografía por emisión de positrones (PET). La PET utiliza pequeñas cantidades de sustancias radiactivas que se inyectan en una vena para ver áreas activas del cerebro y detectar anomalías.
  • Tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT). Este tipo de prueba se utiliza principalmente si la resonancia magnética y el electroencefalograma no han identificado el origen de las convulsiones en el cerebro.
  • Pruebas neuropsicológicas. Estas pruebas permiten al médico evaluar el rendimiento cognitivo: memoria, fluidez, etc. y determinar qué áreas del cerebro se ven afectadas.

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