Dentición: desde los dientes de leche hasta los dientes permanentes

Dentición: desde los dientes de leche hasta los dientes permanentes

La aparición de los dientes de un niño a veces es sorprendente y, lamentablemente, no siempre es predecible. Mientras que en algunos, los dientes aparecen en los primeros meses, también ocurre que en otros, el primero no erupciona hasta bastante tarde, posiblemente hasta el año de edad.

La dentición primaria en pocas cifras.

Incluso si los dientes deciden su propia fecha de salida y cada niño sigue su propio ritmo, existen algunos promedios que pueden ayudar a los padres a anticipar la dentición y compararlos con los dientes de su bebé:

  • Los primeros dientes que aparecen son los dos incisivos centrales inferiores. Podemos empezar a verlos salir alrededor de los 4 o 5 meses;
  • Luego vienen sus gemelos superiores, siempre entre 4 y 5 o 6 meses;
  • Luego, entre los 6 y los 12 meses, son los incisivos laterales superiores los que continúan esta dentición, seguidos de los laterales inferiores, lo que aumenta el número de dientes del bebé a 8;
  • De los 12 a los 18 meses, los primeros cuatro pequeños molares (dos arriba y dos abajo) se implantan en la boca del bebé. Luego sigue a los cuatro caninos;
  • Finalmente, entre los 24 y los 30 meses, son los 4 segundos molares pequeños los que suben por detrás y aumentan el número de dientes a 22.

Dentición secundaria y dientes permanentes: dientes de leche caídos

A medida que crecen, los dientes de leche, también llamados dientes de leche, se caerán gradualmente para revelar los dientes permanentes del niño. Aquí hay algunas cifras, el orden en el que se realizarán estos reemplazos:

  • De 5 a 8 años, está en orden, la mediana y luego los incisivos laterales que se reemplazan;
  • Entre los 9 y los 12 años, los caninos se caen uno tras otro, luego es el turno de los primeros y segundos molares temporales. Estos últimos luego son reemplazados por los molares y premolares definitivos y más grandes.

Dolencias asociadas con la dentición

Muchas y pequeñas dolencias acompañan a menudo a la rotura de los dientes en los niños. Irritaciones, dolores locales y trastornos intestinales, pueden aparecer y perturbar al pequeño en su vida diaria y su sueño.

El bebé presenta con mayor frecuencia un enrojecimiento circular en las mejillas y más saliva de lo habitual. Se lleva las manos a la boca e intenta morder o masticar sus sonajeros, esta es una señal de que está a punto de salir un diente. A veces, además de estos síntomas, aparece una dermatitis del pañal que debe aliviarse lo suficientemente rápido como para limitar la incomodidad del bebé.

Para ayudar a su hijo a superar este hito sin sufrir demasiado, los gestos pequeños y simples pueden calmarlo. Puedes animarle a que muerda un mordedor, una galleta o un trozo de pan bien horneado para que se calme. Un pequeño masaje de las encías inflamadas con el dedo envuelto en un pañal limpio (después de lavarse bien las manos) también puede ser bueno para su bebé. Por último, si el dolor es demasiado fuerte, el paracetamol puede ayudar y aliviarlo, pero pida consejo a su médico.

Por otro lado, la dentición no se acompaña particularmente de fiebre. Puede ser otra enfermedad asociada en ocasiones a estos fenómenos, como una infección de oído, pero le corresponde al médico hacer un diagnóstico y proponer un tratamiento.

Enséñele a adoptar una buena higiene dental.

Para preservar sus dientes de leche y enseñarle cómo adoptar una buena rutina de higiene dental, comience a dar el ejemplo cuando tenga 18 meses. Al cepillarse los dientes todos los días frente a su hijo, hace que quiera imitarte y haces de sus acciones una parte duradera de su vida diaria. Ofrézcales también un cepillo de dientes y una pasta de dientes adaptados a su edad y dientes y tómese el tiempo para explicarles la importancia de este cuidado.

Por último, también es importante mostrarle los gestos correctos: cepillar desde la encía hacia el borde de los dientes y frotar por delante y por detrás, todo durante al menos un minuto. Finalmente, a partir de los 3 años, considere programar visitas anuales al dentista para verificar y monitorear regularmente el buen estado de sus pequeños dientes primarios.

Pero más que un aprendizaje, una buena higiene bucal comienza con una buena nutrición. Entonces, además de enseñarle a su hijo cómo cepillarse bien los dientes, varíe los alimentos ricos en minerales y buenos para su salud.

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