El desarrollo de los dientes de leche.

El desarrollo de los dientes de leche.

Entre los 4 y los 7 meses, al bebé le empiezan a salir uno o más dientes. Más o menos dolorosas y responsables de dolencias menores, en unas pasan desapercibidas pero en otras resultan muy dolorosas. Descubra cómo aparecen y se desarrollan los dientes de su hijo.

¿A qué edad se desarrollan los primeros dientes del bebé?

En promedio, es alrededor de los 6 meses cuando se nota la primera dentición. Pero algunos bebés nacen con uno o dos dientes de inmediato (aunque es bastante raro), y otros tienen que esperar hasta que cumplen un año para ver el primer diente de leche o el primer diente de leche. Cada niño es diferente, por lo que no hay necesidad de preocuparse prematuramente.

En cuanto a la mayoría de los jóvenes, es por tanto a partir de los 6 meses de vida cuando aparecen ciertos síntomas de alerta. Para ayudarlo a detectar estos signos, aquí están las edades promedio de aparición de los diferentes dientes de leche:

  • Entre los 6 y los 12 meses aparecen los incisivos inferiores y luego los superiores;
  • Entre los 9 y 13 meses, estos son los incisivos laterales;
  • A partir de los 13 meses (y hasta alrededor de los 18 meses) aparecen los molares dolorosos;
  • Alrededor del mes 16 y hasta los 2 años del niño llegan los caninos;
  • Finalmente, entre los 2 y 3 años del bebé, le toca el turno a los últimos dientes en salir: los segundos molares (los de la parte posterior de la boca).

Alrededor de los 3 años, el niño tiene por lo tanto 20 dientes temporales visibles (no tiene premolares, esto es completamente normal), mientras que internamente son los 32 dientes permanentes los que se desarrollan. Aparecerán gradualmente entre los 6 y los 16 años y poco a poco irán reemplazando los dientes del bebé que se irán cayendo uno tras otro.

Síntomas del desarrollo de los dientes de leche.

Esta dentición suele ir acompañada de pequeñas dolencias, a veces discretas, pero a veces muy dolorosas según los bebés. Primero, el bebé saliva mucho y se lleva los dedos, la mano o cualquier juguete a la boca para mordisquearlo. Está irritable, cansado y llora mucho sin motivo aparente. Sus mejillas están más o menos rojas según el día y come y duerme menos de lo habitual. A veces, si miras sus encías, notarás que aparecen hinchadas, tensas y enrojecidas o incluso presentes como un grano azulado, llamado “quiste eruptivo” (esta es una especie de burbuja que anuncia la llegada inminente de un diente).

Normalmente, ninguna otra complicación debería acompañar a la salida de un diente, pero ocurre con bastante frecuencia que la fiebre o la diarrea asociadas con el enrojecimiento de los glúteos broten al mismo tiempo que la llegada de los dientes. Estos son fenómenos bastante estándar, pero en caso de duda, hable con su pediatra sin demora.

Consejos para aliviar al bebé durante el desarrollo de sus dientes.

Con las encías en carne viva y, a veces, muy inflamadas, el bebé intenta mordisquear y masticar cualquier juguete. Para aliviarlo, no dudes en dejarle un aro de dentición frío después de colocarlo en el frigorífico durante unas horas (nunca en el congelador). Esto permite anestesiar ligeramente la zona dolorida.

También recuerde consolarlo y abrazarlo. Los bebés no están realmente preparados para el dolor y necesitan que sus padres los ayuden a sobrellevar estos momentos dolorosos. Con un máximo de abrazos, a su hijo tranquilo le resultará más fácil atravesar este período. También puedes masajear sus encías de forma suave y delicada con un paño húmedo y frío envuelto alrededor de tu dedo (elige siempre un paño limpio y lávate bien las manos).

Cuida bien los dientes del bebé

Debido a que sus dientes son preciosos (incluidos los primeros), es ideal para que tu bebé se acostumbre a cepillarlos desde temprana edad. Así que puedes empezar a frotarle las encías con un paño incluso antes de que llegue el primero. Entonces le resultará más fácil acostumbrarse al cepillado regular.

Para hacer esto, siempre tenga un movimiento vertical desde la encía hasta los dientes y deje que el niño se enjuague la boca y escupir si tiene la edad suficiente. Haz de este momento de la higiene dental una auténtica cita para el pequeño, cepillándote también los dientes que le animarán y favorecerán el fenómeno de la imitación.

Y no olvide que para mantener unos dientes bonitos, su hijo debe limitar los azúcares, especialmente en los niños pequeños.

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