Los bosques son el recurso más importante de nuestro planeta, un regalo de la naturaleza. Los árboles son llamados los "pulmones" de la Tierra por una razón. Ayudan a limpiar el aire que respiramos de la suciedad, el polvo, el hollín y otras impurezas nocivas y protegen contra el ruido de la ciudad. Los árboles coníferos, además, producen fitoncidios, sustancias especiales que fortalecen la inmunidad humana y destruyen los patógenos.

La Constitución de la Federación garantiza a sus ciudadanos la libertad de circulación en todo el país. Este derecho también se aplica a los bosques. Existe un Código Forestal especial de la Federación, donde en el artículo 11 se dice que puedes permanecer en los bosques de forma totalmente gratuita. Así, una persona satisface sus necesidades: medioambientales, estéticas, nutricionales, de salud y otras no menos importantes. Una persona tiene derecho, sin obtener permiso previo y sin pagar ninguna tarifa, a recolectar bayas, nueces y setas en el bosque, así como a recolectar hierbas medicinales. Naturalmente, esto no se aplica a las especies que figuran en el Libro Rojo y están protegidas por las autoridades. El acceso de los ciudadanos puede estar completamente prohibido o significativamente limitado sólo en los territorios de defensa o seguridad del Estado, así como en las tierras protegidas por el Estado. A veces, las prohibiciones y restricciones están dictadas por consideraciones de seguridad: sanitarias, incendios personales (por ejemplo, durante el trabajo forestal). ¡La ley no prevé otros motivos de prohibición!

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