Ser generoso significa ser feliz

 

La generosidad y la generosidad hacen de nuestro mundo un lugar mejor. Hacen más feliz tanto al que recibe como al que da. A pesar de las ventajas obvias, tales cualidades en el mundo moderno valen su peso en oro. La sociedad actual está construida de tal manera que cada uno quiere más para sí mismo. El placer ahora radica en las posesiones, el poder, los placeres sensuales y la búsqueda del lujo. Mientras tanto, un sinfín de oportunidades para la bondad y la generosidad nos rodean a cada paso, todos los días. Para detener tal curso de eventos y darle un giro de 180 grados, es necesario, tal vez, cambiar un poco la visión del mundo. Sin embargo, esto no es tan difícil como podría parecer a primera vista, y tiene muchas ventajas.

1. Los recursos para la felicidad son ilimitados

La mentalidad competitiva de "tú o tú" que a menudo se impone en el mundo moderno es ilógica e inhumana. Dibujemos el siguiente paralelo: imaginamos un pastel (que tiene un tamaño limitado) y si alguien más come un trozo, entonces no obtienes nada. Cuantas más personas quieran comer un pastel delicioso, menos probabilidades hay de que lo comas. Entonces, muy a menudo, también pensamos en circunstancias competitivas (si él tiene éxito, me quedaré sin nada), pero esto no es del todo correcto, a diferencia del pastel. Los recursos se expanden y crecen a medida que se desarrolla la sociedad.

2. La generosidad y la generosidad aumentan la felicidad.

La investigación confirma que al dar, nos llenamos, nos volvemos más felices, ganamos sentido. Por el contrario, nuestras necesidades siempre han incluido la búsqueda y el conocimiento del amor, el cuidado de los demás. Quien se decide por esta búsqueda, al final encuentra lo que busca.

3. Vale la pena cambiar incluso una vida para mejor.

Una persona generosa y abierta se da cuenta de que resolver el problema del mundo juntos es más real que solo. Quizás la solución lleve mucho tiempo (por ejemplo, más de una generación). Pero esto no le impide actuar y su aporte factible. Después de todo, mejorar la situación incluso en una milésima de un por ciento, dentro de los límites de las capacidades de uno, ya es una causa digna. Un ejemplo real: voluntariado, ayuda material (no necesariamente monetaria, sino de productos, juguetes, etc., plantación de árboles, etc.).

4. La confianza es importante

La amabilidad siempre implica confianza. Al invertir nuestro tiempo y energía en otro, inconscientemente queremos creer eso. Una persona generosa es optimista. Y las personas optimistas son personas felices porque eligen vivir con fe en los demás.

Año tras año, un creciente cuerpo de investigación apunta a los efectos positivos de la generosidad en la salud mental y física. Una actitud generosa hacia los demás no solo reduce el estrés, mantiene la salud física, da sentido y no te permite sucumbir a la depresión, sino también.

Al practicar la generosidad, construimos relaciones con el mundo exterior, la sociedad y con nosotros mismos. La amabilidad, la generosidad y la generosidad nos alientan a ver a las personas de manera positiva, dan un sentido invaluable de pertenencia y conexión. 

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