Tomates… ¿En qué son ricos?

150 g de tomates es una excelente fuente de vitamina A, C, K, potasio y ácido fólico para todo el día. Los tomates son bajos en sodio, grasas saturadas, colesterol y calorías. Además, nos aportan tiamina, vitamina B6, magnesio, fósforo y cobre, imprescindibles para nuestra salud. Los tomates también tienen un alto contenido de agua, lo que los hace muy nutritivos. En general, comer muchas frutas y verduras, incluidos los tomates, previene la presión arterial alta, el colesterol alto, los accidentes cerebrovasculares y las enfermedades cardiovasculares. Los tomates mejoran la condición de tu piel. El betacaroteno protege su piel de los dañinos rayos UV. El licopeno que se encuentra en el tomate también hace que la piel sea menos sensible al daño de los rayos UV en la piel, una de las causas de las arrugas. Esta verdura también es buena para la salud de los huesos. La vitamina K y el calcio contribuyen al fortalecimiento y reparación de los huesos. El licopeno aumenta la masa ósea, lo que es beneficioso en la lucha contra la osteoporosis. Los antioxidantes del tomate (vitaminas A y C) matan los radicales libres que causan daño celular. Los tomates ayudan a normalizar los niveles de azúcar en la sangre. Esto se debe al cromo que contienen los tomates, que regula los niveles de azúcar. Investigaciones recientes han demostrado que comer tomates reduce el riesgo de degeneración macular, una enfermedad ocular grave e irreversible. ¡Los tomates incluso mejoran la condición del cabello! La vitamina A hace que el cabello luzca más brillante (lamentablemente, esta verdura no puede afectar la finura del cabello, pero de todos modos se verá mejor). Además de todo lo anterior, los tomates previenen la formación de cálculos en la vesícula biliar y la vejiga.

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