Urinoterapia: ¿por qué beber tu orina?

Urinoterapia: ¿por qué beber tu orina?

Los (supuestos) beneficios de la urinoterapia

Los defensores del amaroli o la urinoterapia afirman que las sustancias que continúan en la orina, como vitaminas, hormonas, minerales, etc., pueden ayudar al cuerpo a combatir ciertas enfermedades. La lista es larga: asma, depresión, migraña, reumatismo, trastornos digestivos pero también gripe, dolor de espalda (en aplicación local), infecciones de oído… Puedes encontrar de todo en los sitios que abogan por la técnica, incluso el hecho de que la orina podría curar el cáncer. .

La orina actúa a veces como cataplasma, a veces como elixir terapéutico, a veces como “vacuna”, inmunizando contra determinadas patologías. Tenga en cuenta que nada aquí se basa en estudios científicos.

Urinoterapia en la práctica

En la práctica, la mayoría de los entusiastas de la urinoterapia parecen sugerir beber la orina directamente. Sin embargo, también existen aplicaciones en gárgaras, cataplasmas, masajes, etc. También se puede utilizar en forma de inhalación, gotas (contra las infecciones de oído en particular), y aquí también la lista es larga.

¿Funciona?

Nada prueba que esta práctica, publicitada por determinadas estrellas o deportistas, sea eficaz. No se ha realizado ningún estudio serio sobre el tema. Debe saber que la orina es agua en un 95%. Para los amantes de la urinoterapia, el remedio procede del 5% restante: nutrientes, minerales (calcio, magnesio, fósforo…), hormonas, urea y otros metabolitos activos a los que prestan efectos terapéuticos. Estos son desechos eliminados por los riñones para mantener un equilibrio hídrico e iónico en el cuerpo.

Sin embargo, ¿es tóxico disfrutar de la uroterapia? Probablemente no, al menos no de inmediato, especialmente porque la orina es estéril (excepto en casos de infección). Varias personas han sobrevivido situaciones dramáticas (naufragio, encierro, etc.) bebiendo su propia orina, sin poder tener acceso al agua. Al hacerlo, la orina está cada vez más concentrada en toxinas y puede volverse tóxica.

Pero creer que la urinoterapia puede reemplazar los tratamientos probados, como los antibióticos o los medicamentos contra el cáncer, puede ser una práctica peligrosa.

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