Toque vaginal

Toque vaginal

Un gesto clave en el examen clínico ginecológico, el examen vaginal a menudo se realiza de forma rutinaria en cada visita al ginecólogo y regularmente durante el seguimiento del embarazo. Sin embargo, su utilidad y su carácter sistemático han sido cuestionados en los últimos años.

¿Qué es el examen vaginal?

El gesto consiste en introducir dos dedos en la vagina, el toque vaginal permite auscultar internamente los órganos pélvicos femeninos: vagina, cérvix, útero, ovarios. Con el espéculo que permite visualizar el cuello uterino, es un gesto clave del examen ginecológico.

¿Cómo funciona un examen vaginal?

El médico (médico tratante, ginecólogo o partera) debe obtener sistemáticamente el consentimiento de la paciente antes de realizar un examen vaginal.

El paciente está acostado sobre la mesa de auscultación, los muslos doblados y los pies colocados en los estribos, la pelvis bien al borde de la mesa. Después de ponerse una camilla para los dedos o un guante esterilizado y lubricado, el practicante introduce dos dedos en la parte inferior de la vagina. Empieza palpando la vagina, sus paredes y luego el cuello del útero. Con la otra mano colocada sobre su estómago, luego empalmará el útero desde el exterior. Unido al tacto vaginal, esta palpación permite apreciar el tamaño del útero, su posición, su sensibilidad, su movilidad. Luego, a cada lado, palpa los ovarios en busca de una posible masa (fibroma, quiste, tumor).

Tocarlos en la vagina normalmente no es doloroso, pero sí desagradable, especialmente si la paciente está tensa. Íntimo e intrusivo, este examen es realmente temido por muchas mujeres.

¿Cuándo se realiza el examen vaginal?

Durante el examen pélvico

El examen vaginal se realiza durante las visitas ginecológicas de rutina para controlar de manera preventiva el cuello uterino, el útero y los ovarios. Sin embargo, su utilidad en la sistemática ha sido cuestionada en los últimos años por diversos estudios. Un estudio del Colegio Americano de Médicos (ACP) concluyó así que el examen vaginal sistemático realizado durante el examen ginecológico anual de la mujer era inútil, incluso contraproducente, y recomienda su realización solo en presencia de ciertos síntomas: secreción vaginal, sangrado anormal, dolor, problemas del tracto urinario y disfunción sexual.

En mujeres embarazadas

Durante el embarazo, el examen vaginal le permite verificar el cuello uterino, su longitud, consistencia y apertura, así como el tamaño, movilidad, posición y sensibilidad del útero. Durante mucho tiempo, se realizó de forma sistemática en cada visita prenatal con el fin de detectar un cambio en el cuello uterino que pudiera ser un signo de amenaza de parto prematuro. Pero desde que algunos estudios cuestionaron la relevancia de este gesto, muchos practicantes han revisado su práctica. Las recomendaciones de HAS de 2005 sobre la monitorización del embarazo también van en esta dirección.

De hecho, el HAS indica que " en el estado actual de los conocimientos, no existen argumentos para realizar un examen vaginal de rutina. El examen vaginal sistemático en una mujer asintomática en comparación con un examen realizado por indicación médica no reduce el riesgo de parto prematuro. La ecografía del cuello uterino también sería más precisa para evaluar el cuello uterino.

Por otro lado, en caso de síntomas (contracciones uterinas dolorosas) " un examen vaginal para evaluar el cuello uterino es esencial para diagnosticar una amenaza de parto prematuro. Evalúa la consistencia del cuello uterino, su longitud, dilatación y posición. », Recuerda la autoridad.

Con el acercamiento del parto, el examen vaginal permite detectar los signos de maduración del cuello uterino que indican el parto inminente. También permite controlar la altura de la presentación fetal (es decir, la cabeza del bebé o sus nalgas en caso de presentación de nalgas), y la presencia del segmento inferior, una pequeña área que aparece al final del embarazo entre el cuerpo y el cuello uterino.

El día del parto, el examen vaginal permite seguir la apertura del cuello uterino, desde su borrado hasta su apertura completa, es decir, 10 cm. Practicada anteriormente de forma sistemática durante el ingreso a la sala de maternidad, luego cada 1 a 2 horas durante el parto, en 2017 la HA emitido nuevas recomendaciones sobre el manejo de la paciente durante un parto normal:

  • ofrecer un examen vaginal en el momento de la admisión si la mujer parece estar en trabajo de parto;
  • En caso de rotura prematura de membranas (RPM), se recomienda no realizar un examen vaginal de forma sistemática si la mujer no presenta contracciones dolorosas.
  • Sugerir un examen vaginal cada dos a cuatro horas durante la primera etapa del trabajo de parto (desde el inicio de las contracciones regulares hasta la dilatación completa del cuello uterino), o antes si la paciente lo solicita, o en el caso de un indicativo de llamada (desaceleración de la ritmo del corazón del bebé, etc.).

Después del parto, el examen vaginal se utiliza para controlar la involución uterina, una fase durante la cual el útero recupera su tamaño y su poción inicial después del parto.

Los resultados

Si durante el examen de rutina se detecta un bulto en el examen vaginal, se prescribirá una ecografía pélvica.

Durante el embarazo, en presencia de contracciones dolorosas asociadas con cambios en el cuello uterino, es de temer una amenaza de parto prematuro. El manejo dependerá entonces de la etapa del embarazo.

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