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¿Cómo será el plato del futuro?
Promover la intensificación sostenible de la agricultura.
Evidentemente, el principal desafío es alimentar a un 33% más de hombres con los mismos recursos que ahora. Hoy sabemos que el problema no radica tanto en la disponibilidad de recursos como en su distribución por el mundo y los residuos. Por lo tanto, el 30% de la producción mundial de alimentos se pierde después de la cosecha o se desperdicia en tiendas, hogares o servicios de catering.1. Además, gran parte del grano y la tierra se reserva para la cría de animales en lugar de cultivos alimentarios.2. En consecuencia, parece necesario repensar la agricultura para que sea coherente tanto con los objetivos medioambientales (ahorrar agua, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación, los residuos) como con las previsiones demográficas.
Mejorar el sistema de cría de animales
Para una intensificación sostenible del sistema ganadero, la idea es producir tanta carne utilizando menos alimentos. Para ello, se sugiere producir razas de ganado que sean más productivas en carne y leche. Hoy en día, ya hay pollos que pueden alcanzar un peso de 1,8 kg con 2,9 kg de pienso solamente, una tasa de conversión de 1,6, donde una ave típica debería comer 7,2 kg.2. El objetivo es reducir esta tasa de conversión a 1,2 para aumentar la rentabilidad y reducir el uso de cereales.
Sin embargo, esta alternativa plantea problemas éticos: los consumidores son cada vez más sensibles a la causa animal y muestran un interés creciente por una cría más responsable. Defienden mejores condiciones de vida para los animales en lugar de la agricultura en batería, así como alimentos más saludables. En particular, esto permitiría que los animales estuvieran menos estresados y, por lo tanto, producirían carne de mejor calidad.3. Sin embargo, estas quejas requieren espacio, implican costos de producción más altos para los criadores y, por lo tanto, un precio de venta más alto, y no son compatibles con un método de cría intensivo.
Reducir las pérdidas y la contaminación produciendo mejores variedades de plantas.
La modificación de determinadas plantas podría ir a favor de una agricultura menos contaminante y más rentable. Por ejemplo, al crear una variedad de arroz que sea menos sensible a la sal, las pérdidas se reducirían en caso de un tsunami en Japón.4. De la misma forma, la modificación genética de determinadas plantas permitiría utilizar menos fertilizantes y, por tanto, emitir menos gases de efecto invernadero y conseguir un ahorro considerable. El objetivo sería crear variedades de plantas capaces de capturar nitrógeno, el fertilizante para el crecimiento, en la atmósfera y fijarlo.2. Sin embargo, es probable que no sólo no lo logremos durante unos veinte años, sino que estas iniciativas corren el riesgo de chocar con la legislación restrictiva (especialmente en Europa) con respecto a los organismos modificados genéticamente. De hecho, ningún estudio a largo plazo ha demostrado aún su inocuidad para nuestra salud. Además, esta forma de modificar la naturaleza plantea evidentes problemas éticos.
Fuentes
S ParisTech Review, Carne artificial y envases comestibles: una muestra de la comida del futuro, www.paristechreview.com, 2015 M. Morgan, ALIMENTOS: Cómo alimentar a la población mundial del futuro, www.irinnews.org, 2012 M. Eden , Aves de corral: el pollo del futuro estará menos estresado, www.sixactualites.fr, 2015 Q. Mauguit, What diet in 2050? Un experto nos responde, www.futura-sciences.com, 2012