Por qué Bután es un paraíso vegano

Ubicado en el borde oriental de los Himalayas, el país de Bután es conocido por sus monasterios, fortalezas y paisajes impresionantes que van desde llanuras subtropicales hasta montañas y valles escarpados. Pero lo que hace que este lugar sea realmente especial es que Bután nunca fue colonizado, gracias a lo cual el estado desarrolló una identidad nacional distinta basada en el budismo, que es ampliamente conocido por su filosofía de la no violencia.

Bután es un pequeño paraíso que parece haber encontrado ya sus respuestas a la pregunta de cómo llevar una vida pacífica y llena de compasión. Entonces, si quiere escapar de la dura realidad por un tiempo, aquí hay 8 razones por las que viajar a Bután puede ayudar.

1. No hay matadero en Bután.

Los mataderos en Bután son ilegales, ¡no hay ninguno en todo el país! El budismo enseña que no se debe matar a los animales porque son parte de la creación divina. Algunos residentes comen carne importada de India pero no matan animales con sus propias manos porque matar va en contra de su sistema de creencias. Tampoco se permiten bolsas de plástico, venta de tabaco y vallas publicitarias.

2. El butano no contamina el medio ambiente con emisiones de carbono.

Bután es el único país del mundo que no contamina el medio ambiente con emisiones de carbono. Hoy, el 72% del área del país está cubierta por bosques, lo que permite a Bután, con su pequeña población de poco más de 800 habitantes, absorber de tres a cuatro veces la cantidad de emisiones de carbono generadas en todo el país. No hace falta decir que la falta de agricultura industrial también juega un papel importante en la capacidad del país para reducir las emisiones de carbono de manera tan efectiva. Pero en lugar de evaluar los números, ¡es mejor venir y sentir este aire limpio!

3. ¡Chile está en todas partes!

Cada desayuno, almuerzo y cena tiene al menos un plato de chili: ¡el plato completo, no el condimento! Se cree que en la antigüedad el chile era un remedio que salvaba a los montañeses en tiempos de frío, y ahora es uno de los productos más comunes. Los chiles fritos en aceite pueden incluso ser el plato principal de cada comida... si te apetece, por supuesto.

4. Albóndigas veganas.

En los restaurantes veganos de Bután, puedes probar el momo, un plato de hojaldre relleno con forma de bola de masa que se cuece al vapor o se fríe. La mayoría de los platos butaneses contienen queso, pero los veganos pueden pedir que no tengan queso en sus platos, o simplemente optar por opciones sin lácteos.

5. Toda la población parece feliz.

¿Hay algún lugar en la tierra que valore el bienestar, la compasión y la felicidad por encima del dinero? Bután evalúa el nivel de felicidad general de sus ciudadanos según cuatro criterios: desarrollo económico sostenible; gestión eficaz; protección del medio ambiente; preservación de la cultura, las tradiciones y la salud. En este caso, el medio ambiente es considerado como un factor central.

6. Bután protege especies de aves vulnerables.

Elevándose a altitudes de 35 pies con una envergadura de hasta ocho pies, las increíbles grullas de cuello negro migran cada invierno al valle de Phobjikha en el centro de Bután, así como a otros lugares de la India y el Tíbet. Se estima que quedan entre 000 y 8 aves de esta especie en el mundo. Para proteger a estas aves, Bután ha declarado una porción de 000 millas cuadradas del valle de Phobjiha como área protegida.

7. El arroz rojo es un alimento básico.

El arroz rojo marrón rojizo suave sabe muy bien y es rico en nutrientes como manganeso y magnesio. Casi ninguna comida en Bután está completa sin arroz rojo. Pruébelo con platos locales como curry de cebolla, rábano blanco con chile, sopa de espinacas y cebolla, ensalada de col, cebolla y tomate, o con una serie de otras delicias de Bután.

8. Bután está comprometido con la producción 100% orgánica.

Bután está trabajando activamente para convertirse en el primer país del mundo en ser 100 % orgánico (según los expertos, esto podría suceder ya en 2020). La producción del país ya es en gran parte orgánica ya que la mayoría de la gente cultiva sus propios vegetales. Los pesticidas se usan solo ocasionalmente, pero Bután también está haciendo esfuerzos para eliminar estas medidas.

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