Psicología

El viento del mar se mueve por el cabello de Marina. ¡Qué bien en la playa! Tal felicidad es no correr a ningún lado, poner los dedos en la arena, escuchar el sonido de las olas. Pero el verano está lejos, pero por ahora Marina solo sueña con unas vacaciones. Es enero afuera, el deslumbrante sol de invierno brilla a través de la ventana. A Marina, como a muchos de nosotros, le encanta soñar. Pero, ¿por qué es tan difícil para todos nosotros captar el sentimiento de felicidad aquí y ahora?

A menudo soñamos: con vacaciones, con vacaciones, con nuevos encuentros, con compras. Imágenes de felicidad imaginaria activan el neurotransmisor dopamina en nuestro sistema nervioso. Pertenece al sistema de recompensa y gracias a él, cuando soñamos, sentimos alegría y placer. Soñar despierto es una manera simple y fácil de mejorar su estado de ánimo, distraerse de los problemas y estar a solas consigo mismo. ¿Qué podría estar mal con esto?

A veces Marina recuerda un viaje anterior al mar. Tanto la esperaba, tanto soñaba con ella. Es una pena que no todo lo que planeó coincidiera con la realidad. La habitación resultó no ser la misma que en la foto, la playa no es muy buena, el pueblo… En general, hubo muchas sorpresas, y no todas agradables.

Nos regocijamos mirando las imágenes perfectas que ha creado nuestra imaginación. Pero muchas personas notan una paradoja: a veces los sueños son más placenteros que la posesión. A veces, habiendo recibido lo que queremos, incluso nos sentimos defraudados, porque la realidad pocas veces se parece a lo que pintó nuestra imaginación.

La realidad nos golpea de formas impredecibles y variadas. No estamos preparados para esto, soñamos con otra cosa. La confusión y la decepción al cumplir un sueño es el pago por el hecho de que no sabemos cómo disfrutar la vida cotidiana de las cosas reales, tal como son.

Marina nota que rara vez está aquí y ahora, en el presente: sueña con el futuro o recorre sus recuerdos. A veces le parece que la vida pasa, que está mal vivir en sueños, porque en realidad muchas veces resultan efímeros. Quiere disfrutar de algo real. ¿Y si la felicidad no está en los sueños, sino en el presente? ¿Quizás sentirse feliz es solo una habilidad que Marina no tiene?

Estamos enfocados en la implementación de planes y hacemos muchas cosas “automáticamente”. Nos sumergimos en pensamientos sobre el pasado y el futuro y dejamos de ver el presente, lo que nos rodea y lo que sucede en nuestra alma.

En los últimos años, los científicos han estado explorando activamente el efecto de la meditación consciente, una técnica basada en el desarrollo de la conciencia de la realidad, en el bienestar de una persona.

Estos estudios comenzaron con el trabajo del profesor biólogo de la Universidad de Massachusetts, John Kabat-Zinn. Era aficionado a las prácticas budistas y pudo demostrar científicamente la eficacia de la meditación consciente para reducir el estrés.

La práctica del mindfulness es la transferencia completa de la atención al momento presente, sin evaluarse a uno mismo ni a la realidad.

Los psicoterapeutas cognitivo-conductuales comenzaron a aplicar con éxito ciertas técnicas de meditación consciente en su trabajo con los clientes. Estas técnicas no tienen una orientación religiosa, no requieren la posición de loto y ninguna condición especial. Se basan en la atención consciente, por lo que Jon Kabat-Zinn se refiere a «la transferencia completa de la atención al momento presente, sin ninguna evaluación de uno mismo o de la realidad».

Puedes ser consciente del momento presente en cualquier momento: en el trabajo, en casa, de paseo. La atención se puede concentrar de diferentes maneras: en tu respiración, el entorno, las sensaciones. Lo principal es rastrear los momentos en que la conciencia pasa a otros modos: evaluación, planificación, imaginación, recuerdos, diálogo interno, y devolverlo al presente.

La investigación de Kabat-Zinn ha demostrado que las personas a las que se les ha enseñado la meditación consciente son mejores para lidiar con el estrés, menos ansiosas y tristes y, en general, se sienten más felices que antes.

Hoy es sábado, Marina no tiene prisa y toma el café de la mañana. Le encanta soñar y no se da por vencida: los sueños ayudan a Marina a mantener en su cabeza la imagen de las metas por las que lucha.

Pero ahora Marina quiere aprender a sentir felicidad no por anticipación, sino por cosas reales, por lo que desarrolla una nueva habilidad: la atención consciente.

Marina mira alrededor de su cocina como si la viera por primera vez. Las puertas azules de las fachadas iluminan la luz del sol desde la ventana. Fuera de la ventana, el viento sacude las copas de los árboles. Un rayo cálido golpea la mano. Sería necesario lavar el alféizar de la ventana: la atención de Marina se desvanece y comienza a planificar las cosas habitualmente. Stop — Marina regresa a la inmersión sin prejuicios en el presente.

Ella toma la taza en su mano. Mirando el patrón. Se asoma a las irregularidades de la cerámica. Toma un sorbo de café. Siente los matices del gusto, como si lo bebiera por primera vez en su vida. Se da cuenta de que el tiempo se detiene.

Marina se siente sola consigo misma. Es como si hubiera hecho un largo viaje y finalmente hubiera vuelto a casa.

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