Psicología

Compartir sus sentimientos, pensamientos y necesidades con los demás a menudo es muy difícil, especialmente si no se le permitió hablar sobre sus sentimientos y expresar las emociones «incorrectas», como la ira o el miedo, cuando era niño. La psicoterapeuta Sharon Martin explica por qué sucede esto y qué hacer al respecto.

¿Cómo te enseñaron a lidiar con tus sentimientos cuando eras niño?

¿Se tomaron en serio sus inquietudes y dudas? ¿Se fomentó la riqueza de las experiencias emocionales y su expresión? ¿Tus padres podrían ser un ejemplo de sana expresión de sentimientos?

En muchas familias, las emociones causan malestar. Su expresión puede ser un tabú rotundo, o puede haber reglas no escritas en la familia según las cuales no se debe hablar de las experiencias de uno. Algunos padres explican a sus hijos que ciertas emociones, como la ira, son inaceptables, anormales. Un niño en una familia así aprende que sus experiencias son inapropiadas y que él mismo no tiene derecho a sentimientos y necesidades.

Los sentimientos “quieren” ser reconocidos y expresados

Si reconoció a su familia en esta descripción, lo más probable es que, cuando era niño, aprendió que se supone que no debe tener, y mucho menos expresar sentimientos. No debes pedir nada a nadie, depender de nadie ni depender de nadie. Lo más probable es que usted mismo haya tenido que buscar formas de satisfacer sus necesidades, aprender a manejar las emociones y los sentimientos. Esto podría dar lugar a intentos poco saludables de «enterrar» más profundamente sus sentimientos, distraerlos o ahogarlos.

¡Pero tus sentimientos no podían simplemente desaparecer! Los sentimientos “quieren” ser reconocidos y expresados. Porque niegas su existencia, no desaparecerán. Los intentos de distraerte de ellos no funcionarán: las emociones continuarán acumulándose y hirviendo por dentro hasta que las enfrentes.

Los sentimientos nos dan información importante

Tus sentimientos transmiten señales importantes que están diseñadas para ayudarte a sobrellevar la situación, tomar decisiones, conocerte a ti mismo y conectarte con los demás. Por ejemplo, el miedo o la ira pueden alertarlo sobre el peligro y ayudarlo a tomar medidas para evitarlo.

El dolor emocional te dice que algo anda mal y te ayuda a decidir qué hacer a continuación. Si no es consciente de ello, no podrá pedir lo que necesita: la amabilidad y el respeto de los demás.

Compartir sentimientos nos acerca a los demás

A menudo tenemos miedo de contarle a nuestra pareja nuestras experiencias y necesidades, especialmente si no estamos acostumbrados a hacerlo. Tal vez tenga miedo de que un ser querido ignore sus revelaciones, las malinterprete o se niegue a aceptar lo que escucha. O tal vez te juzgue o use lo que ha dicho en tu contra…

Pero es mucho más probable que la relación con tu pareja se vuelva más cercana y de mayor confianza si finalmente compartes tus ansiedades y deseos con él o ella. Todos tenemos una profunda necesidad de comprensión y aceptación. Cuando mostramos a los demás nuestros lados vulnerables: miedos, complejos, recuerdos de los que nos avergonzamos, esto ayuda a establecer una conexión emocional particularmente estrecha.

Además, cuanto más específicos formulemos nuestros deseos, mayor será la probabilidad de que se cumplan. La mayoría desea sinceramente complacer a su pareja, pero la gente no puede leer la mente y sería injusto esperar que un ser querido comprenda intuitivamente lo que usted necesita.

El muro te protegerá del dolor, pero al mismo tiempo no te permitirá sentirte cerca de los demás.

Si te han lastimado en una relación actual o pasada, el deseo de aislarte, esconderte detrás de un “muro de piedra” es bastante comprensible. El muro te protegerá del dolor, pero al mismo tiempo no te permitirá sentirte cerca de los demás. Y ellos, a su vez, no podrán amarte si no los dejas entrar en tu corazón.

No existe una manera fácil y segura de compartir sus experiencias. Sin embargo, si decide que está listo para una relación más profunda y reconoce que esto requiere abrir su mundo interior, entonces puede aprender gradualmente a confiar en los demás.

En cualquier relación sana, el proceso de compartir las experiencias más íntimas se da de manera mutua y gradual. Para empezar, admita honestamente que le resulta difícil y aterrador hablar sobre sus sentimientos, deseos y necesidades. Puede resultar que tu pareja tenga miedo de mostrarte su lado vulnerable.

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