Psicología

Cuando los seres queridos vienen a nosotros con su dolor, hacemos todo lo posible para consolarlos. Pero el apoyo no debe verse como un acto de puro altruismo. Investigaciones recientes demuestran que consolar a los demás es bueno para nosotros.

Las emociones negativas a menudo se sienten demasiado personales y hacen que nos alejemos de los demás, pero la mejor manera de lidiar con ellas es acercarnos a las personas. Al apoyar a otros, desarrollamos habilidades emocionales que nos ayudan a enfrentar nuestros propios problemas. Dos grupos de científicos llegaron a esta conclusión cuando resumieron los resultados de los estudios que se llevaron a cabo de forma independiente.

¿Cómo nos ayudamos a nosotros mismos?

El primer estudio fue realizado por un grupo de psicólogos de la Universidad de Columbia dirigido por Bruce Dore. Como parte del experimento, 166 participantes se comunicaron durante tres semanas en una red social que los científicos crearon específicamente para trabajar con experiencias. Antes y después del experimento, los participantes completaron cuestionarios que evaluaron varios aspectos de su vida emocional y bienestar.

En la red social, los participantes publicaron sus propias entradas y comentaron las publicaciones de otros participantes. Podrían dejar tres tipos de comentarios, que corresponden a diferentes formas de gestionar las emociones:

Confirmación — cuando aceptas y comprendes las experiencias de otra persona: «Me compadezco de ti, a veces los problemas nos caen como conos, uno detrás de otro».

Revalorización — cuando te ofreces a mirar la situación de otra manera: «Creo que también hay que tener en cuenta…».

Indicación de error — cuando llamas la atención de una persona sobre errores de pensamiento: «Divides todo en blanco y negro», «No puedes leer los pensamientos de los demás, no piensas por los demás».

Los participantes del grupo de control solo podían publicar notas sobre sus experiencias y no vieron las publicaciones de otras personas, como si estuvieran llevando un diario en línea.

Al ayudar a otros a manejar sus emociones, entrenamos nuestra propia habilidad de regulación emocional.

Al final del experimento, se reveló un patrón: cuantos más comentarios dejaba una persona, más feliz se volvía. Su estado de ánimo mejoró, los síntomas de depresión y la tendencia a la reflexión improductiva disminuyeron. En este caso, el tipo de comentarios que escribió no importaba. El grupo de control, donde los miembros publicaron solo sus propias publicaciones, no mejoró.

Los autores del estudio creen que el efecto positivo se debe en parte al hecho de que los comentaristas comenzaron a mirar sus propias vidas bajo una luz diferente con más frecuencia. Al ayudar a otros a sobrellevar sus emociones, entrenaron su propia habilidad de regulación emocional.

No importa cómo ayudaron a los demás: apoyaron, señalaron errores de pensamiento u ofrecieron mirar el problema de una manera diferente. Lo principal es la interacción como tal.

Cómo ayudamos a los demás

El segundo estudio fue realizado por científicos israelíes: la psicóloga clínica Einat Levi-Gigi y la neuropsicóloga Simone Shamai-Tsoori. Invitaron a 45 parejas, en cada una de las cuales eligieron un sujeto de prueba y un regulador.

Los sujetos vieron una serie de fotografías deprimentes, como imágenes de arañas y niños llorando. Los reguladores vieron las fotos solo brevemente. Luego, la pareja decidió cuál de las dos estrategias de manejo de emociones usaría: reevaluación, lo que significa interpretar la foto de manera positiva, o distracción, lo que significa pensar en otra cosa. Después de eso, el sujeto actuó de acuerdo con la estrategia elegida e informó cómo se sintió como resultado.

Los científicos notaron que las estrategias de los reguladores funcionaban de manera más efectiva y los sujetos que las usaban se sentían mejor. Los autores explican: cuando estamos bajo estrés, bajo el yugo de las emociones negativas, puede ser difícil entender qué es lo mejor para nosotros. Mirar la situación desde el exterior, sin implicación emocional, reduce los niveles de estrés y mejora la regulación emocional.

La habilidad principal

Cuando ayudamos a otro a lidiar con sus emociones negativas, también aprendemos a manejar mejor nuestras propias experiencias. En el corazón de este proceso se encuentra la capacidad de mirar la situación a través de los ojos de otra persona, de imaginarte a ti mismo en su lugar.

En el primer estudio, los investigadores evaluaron esta habilidad indirectamente. Los experimentadores calcularon con qué frecuencia los comentaristas usaban palabras relacionadas con otra persona: "tú", "tu", "tú". Cuantas más palabras se asociaron con el autor de la publicación, mejor calificó el autor la utilidad del comentario y expresó su gratitud de manera más activa.

En el segundo estudio, los participantes realizaron una prueba especial que evaluó su capacidad para ponerse en el lugar de otro. Cuantos más puntos obtuvieron los reguladores en esta prueba, más exitosas fueron las estrategias elegidas. Los reguladores que podían mirar la situación desde el punto de vista del sujeto eran más efectivos para aliviar el dolor de su pareja.

La empatía, es decir, la capacidad de ver el mundo a través de los ojos de otra persona, beneficia a todos. No tienes que sufrir solo. Si te sientes mal, busca ayuda en otras personas. Esto mejorará no solo su estado emocional, sino también el de ellos.

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