Desprendimiento de placenta: ¿que es?

Desprendimiento de placenta: ¿que es?

El desprendimiento de la placenta, o hematoma retroplacentario, es una complicación rara pero grave del embarazo que puede poner en peligro la vida del feto, o incluso la de su madre. Su potencial gravedad justifica el seguimiento de la hipertensión, su principal factor de riesgo, y la consulta al menor sangrado, su principal síntoma.

¿Qué es el desprendimiento de placenta?

También llamado hematoma retroplacentario (HRP), el desprendimiento de placenta corresponde a una pérdida de adhesión de la placenta a la pared del útero. Es una emergencia obstétrica, el hematoma formado interrumpiendo la circulación materno-fetal. Aproximadamente el 0,25% de los embarazos se ven afectados en Francia. Sus consecuencias varían según la etapa del embarazo y la extensión del desprendimiento.

Causas del desprendimiento de placenta

La aparición de un desprendimiento de placenta suele ser repentina e impredecible, pero existen, sin embargo, factores de riesgo. Los más famosos son:

  • L'hipertensión gravídica y su consecuencia directa, la preeclampsia. De ahí la importancia de estar atento a sus síntomas: fuertes dolores de cabeza, pitidos en los oídos, moscas delante de los ojos, vómitos, edemas importantes. Y debe seguirse durante todo el embarazo para beneficiarse de las mediciones periódicas de la presión arterial.
  • Tabaquismo y adicción a la cocaína. Los médicos y las parteras están sujetos a la confidencialidad médica. No dude en hablar con ellos sobre cuestiones de adicción. Es posible realizar tratamientos específicos durante el embarazo.
  • Traumatismo abdominal. Normalmente el feto está protegido de las consecuencias de los golpes y caídas por el líquido amniótico que actúa como airbag. Sin embargo, cualquier impacto en el estómago requiere consejo médico.
  • Historia de desprendimiento de placenta.
  • Embarazo después de los 35 años.

Síntomas y diagnostico

El desprendimiento de la placenta a menudo resulta en una pérdida de sangre negruzca asociada con un violento dolor abdominal, náuseas, sensación de debilidad o incluso pérdida del conocimiento. Pero la gravedad de la situación no es proporcional a la intensidad del sangrado o al dolor abdominal. Por lo tanto, estos síntomas deben considerarse siempre como signos de advertencia.

La ecografía puede confirmar la presencia del hematoma y evaluar su importancia, pero también detectar la persistencia de un latido cardíaco en el feto.

Complicaciones y riesgos para la madre y el bebé

Debido a que compromete la oxigenación adecuada del feto, el desprendimiento de placenta puede causar la muerte. en el útero o trastornos irreversibles, en particular neurológicos. El riesgo se vuelve significativo cuando más de la mitad de la superficie placentaria se ve afectada por el desprendimiento. La mortalidad materna es más rara, pero puede ocurrir, especialmente después de una hemorragia masiva.

Manejo del desprendimiento de placenta

Si el desprendimiento es pequeño y ocurre al principio del embarazo, el reposo absoluto puede permitir que el hematoma se resuelva y que el embarazo continúe bajo una estrecha supervisión.

En su forma más frecuente, es decir, que ocurre en el tercer trimestre, el desprendimiento de placenta requiere con mayor frecuencia una cesárea de emergencia para minimizar el sufrimiento fetal y el riesgo de hemorragia para la madre.

 

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