¿El estrés y la soledad te hacen más propenso a enfermarte?

Estrés, soledad, falta de sueño: estos factores pueden debilitar el sistema inmunológico y hacernos más susceptibles a los virus, incluido el COVID-19. Esta opinión es compartida por el estudioso Christopher Fagundes. Él y sus colegas encontraron un vínculo directo entre la salud mental y la inmunidad.

“Hemos trabajado mucho para averiguar quién y por qué tiene más probabilidades de contraer resfriados, gripe y otras enfermedades virales similares. Quedó claro que el estrés, la soledad y los trastornos del sueño socavan gravemente el sistema inmunológico y lo hacen más susceptible a los virus.

Además, estos factores pueden causar una producción excesiva de citocinas antiinflamatorias. Por lo que una persona desarrolla síntomas persistentes de una infección del tracto respiratorio superior”, dice Christopher Fagundes, profesor asistente de ciencias psicológicas en la Universidad de Rice.

Problema

Si la soledad, los trastornos del sueño y el estrés debilitan el sistema inmunológico, entonces, naturalmente, afectarán la infección por el coronavirus. ¿Por qué estos tres factores tienen un impacto tan grande en la salud?

Falta de comunicación

Los estudios han demostrado que cuando se exponen al virus, las personas sanas pero solitarias tienen más probabilidades de enfermarse que sus conciudadanos más sociables.

Según Fagundes, la comunicación trae alegría y las emociones positivas, a su vez, ayudan al cuerpo a combatir el estrés, lo que favorece la inmunidad. Y esto a pesar del hecho de que los extrovertidos tienen más probabilidades de conocer a otros y de contraer el virus. Fagundes calificó de paradójica la situación en la que las personas necesitan quedarse en casa como prevención de la infección.

Sueño saludable

Según el científico, la falta de sueño es otro factor importante que afecta la salud inmunológica. Su valor ha sido probado experimentalmente más de una vez. Los investigadores coinciden en que las personas que sufren de insomnio o falta de sueño tienen un mayor riesgo de contraer el virus.

Estrés crónico

El estrés psicológico afecta la calidad de vida: causa problemas con el sueño, el apetito, la comunicación. “Estamos hablando de estrés crónico, que dura varias semanas o más. Las situaciones estresantes a corto plazo no hacen que una persona sea más susceptible a los resfriados o la gripe”, dice Fagundes.

Incluso con un sueño normal, el estrés crónico en sí mismo es bastante devastador para el sistema inmunológico. El científico citó como ejemplo a los estudiantes que suelen enfermarse después de una sesión.

Solución

1. Videollamadas

La mejor manera de reducir el estrés y la soledad es comunicarse con sus seres queridos y amigos a través de mensajería instantánea, a través de la red, a través de videollamadas.

“La investigación ha demostrado que las videoconferencias ayudan a sobrellevar la sensación de estar fuera de contacto con el mundo”, dice Fagundes. “Son incluso mejores que las llamadas y mensajes ordinarios, protegen contra la soledad”.

2. Modo

Fagundes señaló que en condiciones de aislamiento es importante observar el régimen. Levantarse y acostarse a la misma hora todos los días, tomar descansos, planificar el trabajo y descansar: esto lo ayudará a estar menos obsesionado y recuperarse más rápido.

3. Lidiar con la ansiedad

Fagundes sugirió reservar un «tiempo de preocupación» si una persona no puede lidiar con el miedo y la ansiedad.

“El cerebro exige tomar una decisión de inmediato, pero cuando esto no es posible, los pensamientos comienzan a dar vueltas sin cesar en la cabeza. Esto no trae resultados, pero causa preocupación. Procura tomarte 15 minutos al día para preocuparte, y mejor anota todo lo que te preocupa. Y luego rompa la sábana y olvídese de los pensamientos desagradables hasta mañana.

4. Autocontrol

A veces es útil comprobar si todo lo que pensamos y suponemos es cierto, dijo Fagundes.

“La gente tiende a creer que la situación es mucho peor de lo que es, a creerse noticias y rumores que no son ciertos. A esto lo llamamos sesgo cognitivo. Cuando las personas aprenden a reconocer y luego refutar tales pensamientos, se sienten mucho mejor”.

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