La tragedia de Fukusuma: una misteriosa conspiración del silencio

¿Cuál es el desastre nuclear más peligroso de la historia? Muchos responderán con confianza que se trata de un accidente en la planta de energía nuclear de Chernobyl, lo cual no es cierto. En 2011 ocurrió un terremoto, que es consecuencia de otro cataclismo ocurrido en Chile. Los temblores provocaron un tsunami que provocó la fusión de varios reactores de la central nuclear TEPCO ubicada en Fukushima. Posteriormente, hubo una liberación colosal de radiación en el medio ambiente acuático. En los primeros tres meses después del trágico accidente, una gran cantidad de sustancias peligrosas ingresaron al Océano Pacífico, cuyo volumen total supera la liberación total como resultado del accidente de Chernobyl. Cabe señalar que no se han recibido datos oficiales sobre la contaminación, y todos los indicadores son condicionales.

A pesar de las terribles consecuencias, Fukushima continúa vertiendo regularmente grandes cantidades de sustancias nocivas en el océano. Según algunas estimaciones, ¡alrededor de 300 toneladas de desechos radiactivos ingresan al agua todos los días! Una planta de energía nuclear puede continuar contaminando el medio ambiente por un tiempo indefinido. La fuga no se puede reparar ni siquiera con tecnología robótica debido a las temperaturas extremas. Hoy podemos decir con confianza que Fukushima ha contaminado toda el área del océano con desechos en 5 años.

El accidente de Fukushima bien podría ser el peor desastre ambiental en la historia de la humanidad. A pesar de las horrendas consecuencias, este tema prácticamente no está cubierto por los medios de comunicación mundiales. Los políticos y los científicos prefieren silenciar este problema.

TEPCO es una subsidiaria de la compañía más grande del mundo, General Electric (GE), que tiene influencia tanto en las fuerzas políticas como en los medios de comunicación. Este hecho explica la falta de cobertura del accidente, que deja una huella continua en el estado ecológico de nuestro planeta.

Se sabe que la dirección de la corporación GE tenía pleno conocimiento del estado deplorable de los reactores de Fukushima, pero no tomó ninguna medida para mejorar la situación. La actitud irresponsable llevó a consecuencias trágicas. Los residentes de la parte occidental de la costa norteamericana ya sintieron las consecuencias de los hechos de hace cinco años. Bancos de peces están nadando en Canadá, desangrándose hasta morir. El gobierno local prefiere ignorar esta “enfermedad”. Hoy, la ictiofauna de la región ha disminuido en un 10%.

¡En el oeste de Canadá, se registró un fuerte aumento en los niveles de radiación de hasta un 300%! Según los estudios publicados, este nivel no está disminuyendo, sino aumentando constantemente hacia arriba. ¿A qué se debe la supresión de estos datos por parte de los medios locales? Probablemente, las autoridades de Estados Unidos y Canadá teman el pánico en la sociedad. 

En Oregón, las estrellas de mar después de la tragedia de Fukushima primero comenzaron a perder las piernas y luego se desintegraron por completo bajo la influencia de la radiación. La escala de muerte de estos organismos marinos es colosal. La alta mortalidad de las estrellas de mar supone una gran amenaza para todo el ecosistema oceánico. Los funcionarios estadounidenses prefieren no darse cuenta de los pronósticos pesimistas. No le dan mucha importancia al hecho de que fue después del accidente que el nivel de radiación en el atún aumentó varias veces. El gobierno dice que se desconoce la fuente de la radiación y que no hay nada de qué preocuparse para los lugareños.

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