Psicología

Cuanto más persistentemente persigamos la felicidad, menos probable es que la encontremos. Esta conclusión, basada en su investigación, la hizo el experto estadounidense en felicidad Raj Raghunathan. Y esto es lo que ofrece a cambio.

Muchos estudios demuestran que la clave de la felicidad es tener claros tus objetivos. Desde la infancia, se nos enseña que debemos establecer estándares altos para nosotros mismos y encontrar satisfacción en una carrera exitosa, logros y victorias. De hecho, esta preocupación por los resultados te impide ser feliz, dice Raj Raghunathan, autor de Si eres tan inteligente, ¿por qué eres infeliz?

Lo pensó por primera vez en una reunión con ex compañeros de clase. Se dio cuenta de que los éxitos más evidentes de algunos de ellos (progreso profesional, altos ingresos, casas grandes, viajes emocionantes) parecían más insatisfechos y confundidos.

Estas observaciones impulsaron a Raghunathan a realizar una investigación para comprender la psicología de la felicidad y probar su hipótesis: el deseo de liderar, de ser importante, necesitado y deseado solo interfiere con el bienestar psicológico. Como resultado, dedujo los cinco componentes más importantes de la felicidad.

1. No persigas la felicidad

En nuestra búsqueda de la felicidad futura, a menudo nos olvidamos de priorizar adecuadamente el presente. Aunque muchos admitimos que es más importante que una carrera o el dinero, en la práctica solemos sacrificarlo por otras cosas. Mantenga un equilibrio razonable. No tienes que preocuparte por lo feliz que eres: haz lo que te ayude a sentirte feliz aquí y ahora.

Dónde empezar. Piense en lo que le da un sentimiento de felicidad: los abrazos de sus seres queridos, la recreación al aire libre, un sueño profundo por la noche u otra cosa. Haz una lista de esos momentos. Asegúrate de que siempre estén presentes en tu vida.

2. Asume la responsabilidad

Nunca culpes a los demás por no ser feliz. Después de todo, realmente depende de ti. Todos somos capaces de controlar nuestros pensamientos y sentimientos, sin importar cómo se desarrollen las circunstancias externas. Esta sensación de control nos hace más libres y felices.

Dónde empezar. Un estilo de vida saludable ayuda a ganar autocontrol. Empieza a cuidarte: aumenta un poco tu actividad física, come al menos una fruta más al día. Elige los tipos de ejercicio que funcionan mejor para ti y te ayudan a sentirte mejor, e incorpóralos a tu rutina diaria.

3. Evita las comparaciones

Si para ti la felicidad está asociada con una sensación de superioridad sobre otra persona, estás condenado a experimentar decepciones de vez en cuando. Incluso si logras superar a tus competidores ahora, tarde o temprano alguien te superará. En casos extremos, la edad comenzará a decepcionarte.

La comparación con los demás puede parecer una buena forma de motivarse: “¡Seré el mejor de mi clase/de la empresa/del mundo!” Pero esta barra seguirá cambiando y nunca podrás ser un ganador eterno.

Dónde empezar. Si te mides a ti mismo por los demás, involuntariamente entrarás en ciclos en tus defectos. Así que sé amable contigo mismo: cuanto menos compares, más feliz serás.

4. Ir con el flujo

La mayoría de nosotros hemos experimentado el flujo al menos ocasionalmente, una experiencia inspiradora cuando estamos tan atrapados en algo que perdemos la noción del tiempo. No pensamos en nuestro rol social, no evaluamos lo bien o mal que llevamos el trabajo en el que estamos inmersos.

Dónde empezar. ¿De qué eres capaz? ¿Qué es lo que realmente te fascina, te inspira? ¿Correr, cocinar, escribir en un diario, pintar? Haz una lista de estas actividades y dedícales tiempo regularmente.

5. Confía en extraños

El índice de felicidad es mayor en aquellos países o comunidades donde los conciudadanos se tratan con confianza. Cuando dudas si el vendedor contará correctamente el cambio, o tienes miedo de que un compañero de viaje en el tren te robe algo, pierdes la tranquilidad.

Es natural confiar en la familia y los amigos. Confiar en extraños es otra cuestión completamente diferente. Este es un indicador de cuánto confiamos en la vida como tal.

Dónde empezar. Aprende a ser más abierto. Como práctica, intente hablar con al menos un extraño todos los días: en la calle, en la tienda... Concéntrese en los momentos positivos de la comunicación y no en los temores de que puede esperar problemas de los extraños.

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