Cómo pasar fácil y gradualmente a una dieta sana y adecuada.

Algunas personas han heredado el don del vegetarianismo desde el nacimiento. Otros recién comienzan a darse cuenta de que la carne hace más daño que bien a la salud y quieren cambiar la forma en que comen. ¿Cómo se puede hacer esto de una manera razonable? Esto es lo que te recomendamos:

Primer paso: Elimine todas las carnes rojas y coma pescado y aves en su lugar. Reduzca el azúcar, la sal y las grasas animales en las comidas favoritas de su familia. Segunda fase: Limite su consumo de huevos a tres por semana. Comience a reducir el azúcar y la sal al reducir la cantidad que come cuando cocina. Coma más frutas y verduras En lugar de productos horneados y pastas regulares, comience a comer productos elaborados con harina integral. Procura que tu alimentación sea variada, pero, por supuesto, no comas toda esta variedad de una sola vez. La tercera etapa: Ahora que su familia está comenzando a disfrutar de la variedad de alimentos vegetarianos que se han incluido en su dieta, deje de comer pescado y aves. Come menos huevos. Muévase gradualmente a las recetas del nivel "verde-amarillo". Recuerde usar granos, frutas y legumbres con una pequeña cantidad de nueces y semillas. Asegúrese de comer muchas verduras de hoja verde oscuro, como hojas de remolacha, acedera, ortigas y espinacas en primavera, verano y otoño. En invierno, brotan lentejas, frijol mungo, trigo, alfalfa, rábano y semillas de trébol para una variedad de nutrición. Cuarta etapa: eliminar por completo los huevos, el pescado y la carne. El proceso que recomendamos para la transición a una dieta vegetariana puede ser demasiado lento para algunos. Puedes acelerarlo. Me gustaría advertirte ahora mismo. Es posible que los miembros de su familia, los miembros de la iglesia, los vecinos y los amigos no entiendan de inmediato su deseo de tener alimentos saludables y un estilo de vida saludable. Puede que aún no estén preparados para ello. Tal vez mañana estén listos para ello, o tal vez nunca lo estarán. ¡Y sin embargo, sabemos que nuestro enfoque es correcto! Estamos listos para el cambio. ¿Y por qué no lo son? ¿Cómo nos sentimos acerca de aquellos a quienes amamos cuando dicen que “saben lo que es mejor para ellos”? Una confesión conmovedora de una persona muy cariñosa: “Yo como la comida más simple preparada de la manera más simple. Pero otros miembros de mi familia no comen lo que yo como. No me pongo como ejemplo. Dejo a cada uno el derecho de tener su propia opinión sobre lo que más le conviene. No estoy tratando de subordinar la conciencia de otra persona a la mía. Ninguna persona puede ser un ejemplo para otra en materia de nutrición. Es imposible formular una sola regla para todos. Nunca hay mantequilla en mi mesa, pero si algún miembro de mi familia quiere comer mantequilla fuera de mi mesa, es libre de hacerlo. Ponemos la mesa dos veces al día, pero si alguien quiere comer algo para la cena, no hay ninguna regla que lo prohíba. Nadie se queja o se va decepcionado de la mesa. La comida sencilla, sana y sabrosa siempre se sirve en la mesa”. Esta confesión ayuda a comprender que si amamos a nuestros amigos y familiares, debemos dejar que ellos mismos decidan qué sistema alimentario seguir. Cada uno de nosotros como individuo tiene una amplia gama de oportunidades. Por favor, lea atentamente nuestras recomendaciones. Luego intenta hacerlos durante 10 días.  

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