Cómo almacenar el té correctamente
 

Para que el té siga siendo aromático, se conservan su sabor y cualidades útiles, después de abrir el paquete, debe almacenarse adecuadamente. No es difícil, solo sigue estas simples reglas:

Regla uno: el área de almacenamiento debe estar seca y ventilada con frecuencia. Las hojas de té absorben bien la humedad y al mismo tiempo comienzan en ellas malos procesos, hasta la formación de toxinas, por lo que una bebida que alguna vez fue útil puede convertirse en veneno.

Regla dos: nunca guarde el té junto a especias u otras sustancias con olor fuerte; las hojas de té las absorben fácil y rápidamente, perdiendo su propio aroma y sabor.

Regla tres: Los tés débilmente fermentados (verde, blanco, amarillo) pierden su sabor e incluso cambian de color cuando se almacenan en habitaciones cálidas. Para evitar que esto suceda, guárdelos, si es posible, en un lugar fresco y no por mucho tiempo, y al comprar, preste atención a la fecha de producción: cuanto más fresco esté el té y menos se almacene en la tienda, mejor. Después de todo, el fabricante almacena el té en cámaras refrigeradas y esta regla no se sigue en nuestras tiendas. Pero para el té negro, la temperatura ambiente es bastante aceptable.

 

Regla cuatro: intente comprar té en cantidades tales que pueda usarlo en un mes y medio, para que siempre sea más fresco y sabroso. Y si necesita almacenar una gran cantidad de té, entonces es razonable servirse la cantidad necesaria para el uso diario durante varias semanas y mantener el resto del suministro en un recipiente hermético, observando todas las reglas de almacenamiento.

Regla cinco: No exponga las hojas de té a la luz solar directa ni al aire libre; guarde el té en un recipiente opaco y sellado en un lugar oscuro.

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