No sé quién soy: cómo encontrar el camino de regreso a mí mismo

¿Quien eres? ¿Qué vas a? ¿Cómo se caracterizaría si excluye la lista de roles de la descripción: padre, hijo o hija, esposo o esposa, especialista en un campo en particular? A muchas personas les resulta difícil responder a esta pregunta. ¿Por qué sucede esto y puedes llegar a conocerte a ti mismo?

A medida que crecemos, pasando de niños a adolescentes, absorbemos conocimientos del mundo que nos rodea y aprendemos de otras personas. Si los demás nos escuchan, entendemos que nuestras necesidades son importantes y nosotros mismos somos valiosos. Así es como aprendemos que somos individuos con nuestras propias ideas y patrones de comportamiento. Si tenemos suerte con el medio ambiente, nos convertimos en adultos con un sentido saludable de nosotros mismos. Aprendemos que nuestras opiniones y pensamientos son importantes, sabemos quiénes somos.

Pero aquellos de nosotros que crecimos en ambientes insalubres que pueden haber involucrado abuso físico o emocional, negligencia o sobreprotección, nos desarrollamos de manera diferente. Si nuestros sentimientos y pensamientos han sido ignorados y nuestras particularidades apenas reconocidas, si hemos sido forzados constantemente a la sumisión, como adultos podemos preguntarnos quiénes somos.

Al crecer, estas personas confían demasiado en las opiniones, sentimientos y pensamientos de los demás. Copian el estilo de los amigos, compran autos que en un momento u otro se consideran de moda, hacen cosas que realmente no les interesan. Dejan que otros tomen decisiones por sí mismos.

Sabiendo lo que queremos, podemos movernos en la dirección elegida

Al hacer esto una y otra vez, una persona se siente deprimida, duda de la corrección de la elección perfecta, se preocupa por lo que se ha convertido en su vida. Estas personas se sienten impotentes y, a veces, incluso sin esperanza. Con el tiempo, su sentido de sí mismos se vuelve cada vez más inestable, pierden cada vez más el contacto consigo mismos.

Cuando entendemos bien quiénes somos, nos es más fácil tomar decisiones y vivir en general. Atraemos amigos y socios emocionalmente saludables y construimos relaciones saludables con ellos. Aprender y comprenderte a ti mismo te ayuda a sentirte más satisfecho y feliz. Sabiendo lo que queremos, podemos movernos en la dirección elegida.

La psicoterapeuta Denise Olesky habla sobre cómo volverse más consciente.

1. Conócete a ti mismo

Comience con la lista «Acerca de mí». Haz al menos una pequeña lista de lo que te gusta. Para empezar, bastan de cinco a siete puntos: color favorito, sabor del helado, película, plato, flor. Haga una nueva lista una o dos veces por semana, incluyendo de cinco a siete elementos cada vez.

Haz una lista de los olores que te gustan, como galletas caseras o césped recién cortado. Lista de libros favoritos o que quieras leer. Una lista de videojuegos o juegos de mesa que disfrutabas de niño. Enumere los países que desea visitar.

Enumere sus puntos de vista políticos, pasatiempos, posibles trayectorias profesionales y cualquier otra cosa que despierte su interés. Si se siente atascado, pida ideas a sus amigos y familiares. Con el tiempo, llegará a conocerse mejor y comenzará a reconocer lentamente su individualidad.

2. Escucha tus sentimientos y sensaciones corporales

Si empiezas a prestarles atención, los sentimientos y las «señales» físicas te ayudarán a comprender lo que te gusta y lo que no.

Los sentimientos y las sensaciones pueden decir mucho sobre nuestros pensamientos e intereses. ¿Cómo te sientes cuando dibujas, practicas deportes, te comunicas con los demás? ¿Eres feliz y alegre? ¿Estás tenso o relajado? ¿Qué te hace reír y qué te hace llorar?

3. Empieza a tomar decisiones

La toma de decisiones es una habilidad que se desarrolla con el tiempo. Necesita ser bombeado como un músculo para que se desarrolle y se mantenga en forma.

Cuando ordene comestibles para toda la familia, no olvide comprar algo que le encante personalmente. Ordene su camiseta favorita de la tienda en línea, incluso si no está seguro de que los demás aprueben su elección. Cuando un amigo o compañero te pregunte a qué hora quieres empezar a ver el programa, da tu opinión en lugar de dejar que ellos elijan.

4. Toma la iniciativa

Una vez que descubras lo que te interesa, comienza a programar actividades adecuadas al menos una o dos veces por semana. Fíjate una fecha planificando un buen día. Medita, mira una película nueva, toma un baño relajante.

Lo principal es actuar. Finalmente empieza a hacer lo que te gusta, paso a paso más cerca de tu yo real.


Sobre la autora: Denise Oleski es psicoterapeuta.

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