¿Qué sucede cuando oramos?

Mientras rezamos, cantamos en el coro de una iglesia o recitamos un mantra, ¿qué es lo que realmente nos sucede física y mentalmente? Los estudios científicos sugieren que tales prácticas espirituales tienen un efecto medible en el cerebro humano.

En Cómo Dios cambia tu cerebro, el Dr. Andrew Newberg, neurocientífico de la Universidad Estatal de Pensilvania, ofrece evidencia de cómo orar y servir a Dios tiene un efecto positivo en el cerebro. La música de la iglesia, cantar en Sikh Gurudwaras, cantar mantras en los templos crean el efecto de unirse entre sí, reconectarse con Dios y creer que el poder Divino es asombroso.

Así como David tocó música para Saúl (historia bíblica), los himnos de la iglesia “borran” la oscuridad de nuestras vidas, haciéndonos más espirituales, abiertos y agradecidos con la Inteligencia Superior. Incluso la ciencia médica moderna ha tenido en cuenta este fenómeno. Newberg explica que la fe en un Dios que nos ama puede prolongar la vida, mejorar su calidad, reducir los sentimientos de depresión, ansiedad y dolor, y dar sentido a la vida.

La investigación del cerebro muestra que 15 minutos de oración o meditación cada día tiene un efecto de fortalecimiento en el (PPC), que desempeña un papel en las funciones autónomas, como la regulación de la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Además, interviene en el desempeño de funciones cognitivas: . Cuanto más saludable sea el ACC, más tranquila será la amígdala cerebral (centro en el sistema límbico), menos miedo y ansiedad experimentará una persona.

La oración, el servicio a Dios no es sólo reverencia y exaltación, sino también acumulación de fuerzas. Nos permite cultivar un carácter que es consistente con los mandamientos. Llegamos a ser como aquellos a quienes admiramos y servimos. “Renovamos” nuestra mente, nos limpiamos de pecados y de todo lo superfluo, nos abrimos a la felicidad, al amor ya la luz. Desarrollamos en nosotros mismos cualidades dichosas como.

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