Por qué una dieta equilibrada no es igual en verano que durante el resto del año

Por qué una dieta equilibrada no es igual en verano que durante el resto del año

Nutrición

La elección de alimentos de temporada y locales, especialmente verduras, garantiza un aporte de nutrientes, vitaminas y minerales sin aumentar las calorías.

Por qué una dieta equilibrada no es igual en verano que durante el resto del año

Desafortunadamente, para muchas personas, hablar de verano y comer es sinónimo de "dietas milagrosas" y "operaciones de bikini". No vamos a detenernos y desmontar todas esas "fórmulas mágicas". Simplemente queremos explicar cómo pilares de una nutrición saludable deben ajustarse durante la temporada de verano: las necesidades de nuestro cuerpo no son exactamente las mismas en verano que en invierno y es muy beneficioso para nosotros escuchar a nuestro cuerpo y ajustar nuestra dieta a nuestras necesidades.

Rey indiscutible del verano, el sol nos ayuda a generar de forma natural vitamina D. A diferencia de otras vitaminas que se obtienen a través de los alimentos, nuestra piel genera esta vitamina cuando es estimulada por el sol. La vitamina D juega un papel fundamental en nuestro organismo, entre otras cosas porque ayuda a absorber calcio y fósforo, que fortalecen el huesos.

Este año, con el confinamiento, hemos tenido menos oportunidad de disfrutarlo. Pero ahora que podemos, debemos ser cautelosos. Los estudios muestran que para las personas con piel clara en un clima templado, diez minutos de exposición al día son suficientes para mantener niveles adecuados de vitamina D. En contraste, las personas con piel más oscura necesitan de dos a tres veces más exposición al sol para producir la misma cantidad de vitamina D. 

Es importante que el baños de sol son moderados, evitando las horas centrales del día, y siempre con el Proteccion solar corresponsal. Además, para que la piel y el cabello no sufran esta exposición solar, debemos aportarles las vitaminas y minerales necesarios a través de una dieta saludable. De esta forma evitaremos irritaciones, envejecimiento prematuro en la piel y que el cabello quede quebradizo o seco.

La combinación estrella del verano: B-caroteno, hidratación y vitaminas

Primero, debido a las altas temperaturas, es más importante que nunca mantener niveles adecuados de hidratación. Lo recomendado es de dos litros o más, según el sexo de la persona. Sin embargo, debemos escuchar a nuestro cuerpo y estar atentos a las sensación de sed.

Como siempre, nuestra dieta debe ser rica en frutas y verduras. Si además queremos potenciar la broncearse, podemos elegir los naranjas, rojos o amarillos. Es decir, zanahorias, mangos, naranjas, tomates, pimientos, fresas… Son alimentos ricos en betacaroteno. Esta sustancia se vuelve Vitamina A en nuestro cuerpo. Es un antioxidante que fortalece la sistema inmunológico, protege de los rayos UV que dañan nuestra piel y, por el color de su pigmento, favorece un tono bronceado. 

Además, durante el verano, es conveniente incorporar a la dieta, Vitamina E, un gran antioxidante presente en frutos secos, espinacas, soja, brócoli, cereales integrales. Es necesario para que el cabello crezca sano y se recupere del cloro, el salitre y la radiación UV.

Además, el Vitamina C y todos los Grupo B son especialmente beneficiosos para el cuidado de la piel. La vitamina C participa en la formación de colágeno y tejido conectivo. Ambos se encargan de hacer que nuestra piel sea elástica y tersa, por lo que es nuestro escudo contra el envejecimiento cutáneo prematuro. 

Ensaladas de temporada y proximidad

Incorporar todas estas recomendaciones a nuestro estilo de vida veraniego no tiene por qué ser complicado. Si no queremos pasar mucho tiempo cocinando y en un año como este, en el que nos animamos a movernos por diferentes zonas de España, puede que sea el momento ideal para disfrutar y cuidarnos haciendo ensaladas, gazpachos y batidos de frutas, verduras y verduras de temporada típicos de las zonas que visitamos.

Empresas que frutas y verduras de temporada tienden a tener un sabor mucho mejor porque están en la cima de su madurez. Esto tiene una explicación. El ciclo de maduración de los frutos, ya sea que necesiten frío y lluvia o calor y sol, influye directamente en su apariencia y sabor. Su punto óptimo es el que respeta su ciclo natural, por lo que su sabor y propiedades son mejores.

Entre las frutas que se pueden disfrutar en temporada en España desde principios de junio, más o menos, cabe destacar: Aguacate, la pomelo color naranja, la limón, la albaricoque nectarinas Cereza breva (un viento), la plátano grosella ciruela, la Kiwi frambuesa manzana pineapple fresa, la melocotón, la níspero pera papaya y del sandía.

En cuanto a las hortalizas podemos mencionar las acelga, La alcachofa, la apio berenjena Calabaza, la calabacín Cebolla cebollín, espárragos, La espinaca, La Ejotes lechuga, la nabo, la pimiento verde, la Puerro remolacha, la repollo, la tomate Zanahoria y pepino.

Lógicamente depende de la zona, pero está claro que hay variedad para no aburrirse todo el verano combinando todos estos ingredientes. Si además añadimos frutos secos, añadiremos ácidos extra a nuestra dieta que nos darán más energía para esta temporada cuando los días son más largos. Las nueces, por ejemplo, son una opción muy recomendable. Por su alto contenido en vitamina E, ayudan a retrasar el envejecimiento.

Al chiringuito, con precaución

Si nuestros planes nos llevan a comer fuera, no debemos dejar de escuchar a nuestro cuerpo y recordar qué nos beneficia y qué nos duele. Para empezar, debemos evitar cierto tipo de restaurantes de comida rápida que sabemos que ofrecen comidas altas en calorías, con raciones excesivas y de mala calidad nutricional.

Si sabemos que vamos a retrasar mucho la comida, es bueno que tengamos a mano una pieza de fruta, frutos secos o un bocadillo saludable -una barra, por ejemplo-. Si llegamos al restaurante con mucha hambre, elegiremos sin pensarlo bien y es posible que pidamos más. Si cometemos ese error, no lo empeoremos comiéndoselo todo. Escuchemos a nuestro cuerpo. Si estamos saciados, no es necesario terminar la ración.

Por último, pero muy importante, tenga en cuenta que lo que bebemos es tan importante como lo que comemos. El alcohol es muy habitual en nuestra mesa durante las comidas de verano, es muy calórico y no nos aporta ningún nutriente. Lo mismo ocurre con los refrescos, llenos de azúcares. Por supuesto, la mejor y más saludable opción es acompañar las comidas con agua.

En definitiva, debemos adaptar nuestra dieta a nuestro estilo de vida, pero, sobre todo, a lo que nuestro cuerpo nos pide. Es importante escuchar lo que nos dice en todo momento porque es sabio y nos envía avisos continuamente. Si sabemos escucharlo y cuidarlo, nos lo agradecerá con salud.

Por Niklas Gustafson, experto en nutrición y cofundador de Natural Athlete.

Deje un comentario